El epicentro del seísmo se ha situado a unos tres kilómetros de la localidad de San Pablo, en Guatemala, y el hipocentro se ha localizado a una profundidad de 98 kilómetros.
Según las estimaciones del USGS, se ha tratado de un movimiento telúrico de intensidad fuerte y que podría haber generado daños de carácter ligero. Por el momento, no se ha informado de víctimas ni de que se haya generado una alerta por riesgo de tsunami.