Arrestan a un farmacéutico tras declararse culpable de estropear 500 dosis de la vacuna contra el coronavirus
El farmacéutico era un escéptico de las vacunas
Creía que el fármaco de Moderna no era seguro
Se enfrenta a dos cargos con una sentencia máxima de 20 años
Un exempleado de un centro médico del estado estadounidense de Wisconsin se declara culpable de estropear deliberadamente 500 dosis de la vacuna contra el estropear deliberadamente 500 dosis de la vacuna coronavirus fabricada por la compañía Moderna.
Las autoridades de EE.UU. enfatizan que el farmacéutico Steven Brandenburg, de 46 años, admitió plenamente su culpa, según indica un comunicado emitido el martes por el Departamento de Justicia del país.
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Brandenburg acordó declararse culpable de dos cargos por intentar manipular productos de consumo con imprudente indiferencia, estos conllevan una sentencia máxima de 10 años de prisión cada uno.
Un escéptico de las vacunas
El trabajador fue despedido del Centro Médico Aurora en Grafton en diciembre después de que admitiera haber retirado intencionadamente los viales de los antígenos del refrigerador en el que se encontraban.
El detenido admitió que había sacado intencionadamente del refrigerador esas dosis de la vacuna de la farmacéutica Moderna, que recomienda conservar sus viales a una temperatura de -20 grados centígrados.
Los empleados del hospital administraron 57 de esas dosis antes de darse cuenta del problema, y han notificado a los pacientes que las recibieron de que las vacunas que les suministraron no son dañinas, pero sí pueden ser "menos eficaces o no tener eficacia", afirmó el presidente del grupo médico Aurora, Jeff Bahr.
UPDATE: More than 500 doses of the Moderna #COVID19 vaccine were INTENTIONALLY discarded by a now-former @Aurora_Health employee.
— Tony Atkins (@TonyAtkinsTV) 31 de diciembre de 2020
Initially thought to be a mistake. pic.twitter.com/cIr8Cgmgrc
Bahr no aclaró si esas 57 personas -que según medios locales son probablemente trabajadores médicos del propio hospital- recibirán nuevas dosis de la vacuna, y subrayó que habían despedido al farmacéutico.
La Policía de Grafton indicó que Brandenburg "dijo a los investigadores que creía que la vacuna no era segura para las personas y podría dañarlas y cambiar su ADN" y, por ello, intentó sabotearla.