La odisea de Romina en moto por falta de ambulancia para acabar perdiendo a su bebé
A la mujer le negaron la ambulancia y recorrió dos hospitales en moto con su marido
Los hechos ocurrieron en Argentina
El padre denuncia que la situación es insostenible y más con el coronavirus
Esta es una historia de desamparo. Un hombre de Formosa, en Argentina, ha denunciado que le negaron una ambulancia a su mujer, embarazada a punto de dar a luz. En plena crisis de nervios tuvo que viajar en moto a dos hospitales y, finalmente, su bebé murió. Los médicos dicen que en medio de la odisea ya llegó muerto pero los padres lo niegan: "Sentía sus patadas", dice al madre, consternada, que tuvo que buscarse la vida, literalmente para llegar a un hospital. El coronavirus y sus consecuencias.
El hecho ocurrió la semana pasada en la localidad de Laguna Naineck. Allí, Silvio Paredes llamó el hospital local cuando su esposa, Romina Ojeda, comenzó a sentir fuertes contracciones. Pidió una ambulancia para que la pudieran trasladar y nadie se la proporcionó. "Mi señora estaba embarazada, llamé a la ambulancia de Laguna Naineck y me dijeron que no iban a venir. Hice cinco intentos y no me hicieron caso", relató Paredes a El Comercial. Un enfermero se lo dejó claro: lleve a su mujer al hospital como pueda.
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Y eso hizo Silvio. La pareja decidió subirse a una moto para poder llegar cuanto antes al hospital. "No me quedó otra", se lamenta ahora resignado Silvio. Pero ese iba a ser sólo el comienzo de una pesadilla. Primero debieron trasladarse durante cinco kilómetros de un terreno de tierra y pozos desde Villa Lucero a Laguna Naineck. "Nos dan órdenes para que los pacientes vayamos como podamos, como perros, a pie o en moto, no les importa un carajo lo que nos pase a los que vivimos en el campo. Es imperdonable lo que hizo el enfermero que estaba de turno ese domingo 15 de noviembre. Y no sé si fue porque la llevé en moto a mi mujer que tuvo este problema y perdimos el bebé. No deseo que le suceda lo mismo a otra persona", relata Silvio.
Una vez que llegaron al hospital de Naineck le revisaron la presión a su mujer y le aseguraron que todo estaba bien. Ese rápido diagnóstico hizo creer a los padres que el bebé todavía estaba vivo. Entonces le dijeron que tenían que acudir a Laguna Blanca porque en Naineck solo había un enfermero. Según Silvio, "ese lugar era un hospital, ahora es una salita".
La pareja debió moverse también por su cuenta hasta Laguna Blanca. Y allí, el mundo se desmoronó para ellos: les dijeron que su bebé no presentaba signos vitales. "Yo lo sentía a mi bebé moviéndose en mi panza, pero me dijeron que no escuchaban supuestamente sus latidos. Me hicieron una ecografía, pero no la hicieron bien", recuerda Romina. La mujer asegura que allí le pusieron suero, pero que el médico no hizo "nada" más. Y encima, tras comunicarle que su hijo había muerto, la derivaron nuevamente, esta vez al hospital de la ciudad de Formosa. Los médicos se defienden señalando que el bebé estaba muerto antes de la odisea.