Aplazada de nuevo la final de la Copa Libertadores después del ataque al autobús de Boca Juniors

La Final de la Copa Libertadores, que disputan River y Boca, eternos rivales, tuvo que aplazarse por los gravísimos incidentes. Hinchas del River atacaron con baldosas arrancadas de la calle y objetos de todo tipo el autobús de los jugadores de Boca. Los gases pimienta y lacrimógenos afectaron a varios de ellos, que tuvieron que ser hospitalizados. Imágenes que han dado la vuelta al mundo y que mantienen avergonzada a Argentina entera.

Hinchas radicales de River recibieron al autobús de Boca con una lluvia de piedras y botellas. Dentro del vehículo los jugadores pedían auxilio. Lanzamientos que impactaron contra los propios aficionados de River. Y destrozaron las lunas del vehículo.

La Policía lanzó gas lacrimógeno y pimienta contra los radicales y los futbolistas acabaron intoxicados. Lamargo y Pablo Pérez tuvieron que ser atendidos en el hospital por los cortes causados por los cristales. Pablo Pérez declaraba: “Esto tenía que ser una fiesta. Y parecía que estábamos en una guerra”. Boca Juniors solicitó que no se jugara el partido ya que tenía jugadores heridos. “No podemos jugar en estas condiciones”, declaró el club. Pero la CONMEBOL y la FIFA presionaron para que el encuentro se jugará. Finalmente ambos clubs acordaron posponer el partido y fue suspendido. La Agencia Gubernamental de Control clausuró el estadio por problemas de seguridad y River pagó una multa para que hoy haya superclásico.