Desolación tras el tsunami en Indonesia: “Escuché ruido y cuando abrí la puerta el agua me arrastró”

A lo largo de varios kilómetros el tsunami ha dejado una enorme zona irreconocible. Los trozos de los árboles se mezclan con los restos de las casas. Para los habitantes es un paisaje desolador. Hay muchas viviendas deshechas y trituradas por la ola. Entre los destrozos se intercalan algunos coches y embarcaciones arrastradas por la fuerza del agua.

Algunos prefieren mantenerse a varios kilómetros de la zona por si acaso: “Tengo miedo. Es mi yerno el que se acerca. Yo no he ido en dos días”, declara una vecina.

Desde el aire se aprecia lo cerca que está del mar toda la zona afectada. Apenas hay unos metros entre las construcciones y la ola que llegó sin avisar llevándose por delante todo: “Estaba viendo la televisión y escuché ruido. Cuando abrí la puerta el agua me arrastró”, relata un lugareño.

Minutos antes de la catástrofe una banda tocaba sobre un escenario de espaldas al mar, casi pegados. Cuando el agua empezó a subir, sorprendió a todos. Un superviviente ha contado que, de pronto, le llegaba el agua por las rodillas y, aunque intentó salir como pudo, terminó siendo arrastrado.

Todas las cifras de fallecidos, –que rebasan los 300–, y desaparecidos, –que se cuentan por decenas–, cambian con el paso de las horas.