Íñigo Errejón guarda silencio y tampoco acude a la comisión del Congreso de la que es miembro

El número dos del partido morado no ha acudido este miércoles a la reunión de la Comisión de Hacienda del Congreso, de la que es miembro titular. Su puesto ha sido cubierto por otro compañero de grupo parlamentario, algo habitual en el Congreso, pero Podemos no ha dado a Europa Press ningún motivo concreto por el que el Errejón no ha acudido a la sesión, en la que había votaciones de iniciativas.

La única reacción de Errejón ante el cese del que ha sido su mano derecha desde el nacimiento de Podemos ha sido compartir el mensaje que Pascual difundió en su cuenta de Twitter tras hacerse pública su destitución, en el que afirmaba que finalizaban "dos años" de dejarse "la piel construyendo organización y participación popular".

Otros de los dirigentes de Podemos afines al secretario político del partido --los llamados 'errejonistas'--, como la secretaria de Coordinación Ejecutiva, Ángela Ballester, o la secretaría de Rescate Ciudadano y portavoz de Podemos en el Parlamento Europeo, Tania González, también se han limitado a compartir el mensaje de Pascual.

Ninguno de ellos ha participado este miércoles en las hasta cuatro convocatorias que ha realizado el grupo parlamentario de Podemos-En Comú Podem-En Marea en el Congreso para presentar diferentes iniciativas parlamentarias o solidarizarse con diferentes causas y colectivos sociales.

La coordinadora de la Oficina del Secretario General y portavoz adjunta en el Congreso, Irene Montero, o el secretario de Relaciones con la Sociedad Civil, Rafa Mayoral --ambos personas de confianza de Iglesias--, han sido dos de los principales protagonistas de estos actos.

Las habituales intervenciones televisivas de Podemos en las tertulias políticas también han corrido a cargo de Montero y Mayoral, así como de la secretaria de Análisis del partido, Carolina Bescansa. Todos ellos se han alineado con la decisión de Iglesias, y han justificado que la "deficiente gestión" de Pascual de las últimas crisis territoriales y la "pérdida de confianza" hacían inevitable su cese.