El PP recuerda a Rubalcaba que, tras la reforma constitucional, la austeridad no es una elección sino una obligación

La portavoz del Grupo Popular en el Congreso, Soraya Sáenz de Santamaría, ha recordado al candidato socialista a la Presidencia del Gobierno, Alfredo Pérez Rubalcaba, que tras la reforma constitucional que promovieron el PSOE y el PP la austeridad ya no es una elección política, sino una "obligación constitucional".

En los Desayunos Informativos de Europa Press, Sáenz de Santamaría ha criticado las palabras de Pérez Rubalcaba poniendo en duda la eficacia de las políticas de reducción del gasto público. "Se retrata en su inconsistencia quien con aire profesoral advierte de los peligros del ahorro", sostiene.

A su juicio, con los niveles actuales de déficit público, "no hay más opción de reducirlo", tal y como se plasmó en la reciente reforma constitucional y como se recogerá en la nueva Ley Orgánica de Estabilidad Presupuestaria que los dos grandes partidos han pactado. "Después de esta reforma, la austeridad no es una elección política, sino una obligación constitucional. En España y en Alemania --ha recordado--. ¿Cómo piensa contribuir a la estabilidad del euro sin rigor presupuestario?".

EXIGENCIA DE RESPONSABILIDADES POR LEY

Según ha confirmado, en esa nueva Ley de Estabilidad Presupuestaria, prometida para antes de junio de 2012, se incluirá la idea del PP de sancionar la mala gestión de los recursos públicos. "Se pedirá responsabilidades para los gestores públicos que no cumplan con su presupuesto y no gestiones debida y adecuadamente ese dinero", ha adelantado.

Sáenz de Santamaría insistió en las dudas que viene manifestando el PP en torno a la situación de las arcas públicas y la posibilidad de que haya un agujero no previsto. En su opinión, al no haber actualizado los Presupuestos, el Gobierno ha dejado en el aire todas las previsiones para 2012 y ahora se ve que no se están cumpliendo los ingresos estimados, pues hay impuestos cuya recaudación no está teniendo los resultados esperados, y al mismo tiempo puede haber aumentos de gasto no previsto en partidas importantes.

No teme que el Gobierno del PP sea recibido con una oleada de protestas y ha recordado que en 1995 también se enfrentaron a una campaña crispada, eran los años del dóberman, y sin embargo al año siguiente estaban firmando grandes acuerdos sociales.

A la hora de ahorrar, ha admitido que el PP reformará las diputaciones provinciales, pero sin suprimirlas porque entiende que hay muchos pequeños municipios que, sin un ente superior, no podrían garantizar servicios. A su juicio, las diputaciones deberían transformarse en órganos de gestión, en lugar de los miniparlamentos que hoy son, con lo que podrían asumir las funciones de las mancomunidades.

INVERSIONES EN JUSTICIA

En materia de Justicia, ha apostado por una "importante inversión" para profundizar en la modernización de los tribunales y por la extensión de un sistema informático común con independencia de que la competencia esté gestionada por las comunidades. También ha revalidado la idea de modificar el sistema de elección del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) para distanciarse del poder político.

Sáenz de Santamaría, que ha esquivado todas las preguntas sobre su papel en un futuro Gobierno de Mariano Rajoy, tampoco ha querido juzgar la división del centro derecha en Asturias y la competencia del partido de Francisco Álvarez Cascos. En su opinión, los votantes del Principado deben tener en cuenta cuál es la única alternativa real al Gobierno del PSOE.