Los cinco anarquistas de Straight Edge detenidos en Madrid declaran mañana en la Audiencia Nacional

Los cinco anarquistas del movimiento Straight Edge que han sido detenidos este miércoles en Madrid por atacar presuntamente cinco sucursales bancarias declararán mañana, viernes, como imputados ante el juez de la Audiencia Nacional Juan Pablo González, informaron fuentes jurídicas.

Los detenidos tenían edades comprendidas entre los 19 y 25 años y nacionalidad española, aunque tres de ellos eran de origen sudamericano. Se les atribuyen al menos cuatro atentados cometidos desde 2013 contra entidades financieras y otra más contra una sucursal que estaba en un centro comercial en Barcelona.

Comparecerán imputados por los delitos de integración en organización criminal con fines terroristas, daños y enaltecimiento del terrorismo.

A diferencia de la mayoría de estructuras anarquistas, en las que no se tolera la jerarquía, el grupo tenía en este caso un líder, que era el de mayor de edad y al que se sometía el resto de la organización de una forma casi dictatorial, según los responsables de la investigación.

De hecho, los miembros del grupo facilitaron inconscientemente su detención al llevar a cabo varios sabotajes cerca del domicilio del líder.

GRAFFITIS VEGANOS

Los Straight Edge practican el veganismo radical y no comen nada que proceda de un animal, ni siquiera mantequilla o huevos. Rechazan por completo el consumo de drogas, tabaco o alcohol y son contrarios a la promiscuidad. Tienen su origen en Estados Unidos y son una subcultura surgida de la irrupción del movimiento musical harcore punk en Norteamérica en los años setenta del siglo pasado.

Entre el material incautado por la Policía a los cinco detenidos hay 'merchandising' del grupo, que fabricaba banderas para reivindicar sus ideas, y una plantilla para hacer graffitis a favor de la cultura vegana.

También guardaban numerosa simbología del movimiento Straight Edge, ejemplares de un fanzine titulado 'Sobrios y Alerta', un pasamontañas, un bate de beisbol, tornillería y petardos, que la Policía vincula con la fabricación de artefactos explosivos.

A partir de la documentación incautada en los registros, los investigadores han podido acreditar las conexiones de este grupo con los Grupos Anarquistas Coordinados (GAC), a los que se atribuyen los ataques anarcoinsurreccionalistas que se cometieron contra la Basílica de El Pilar, en Zaragoza, o la Catedral de la Almudena de Madrid.