Torres-Dulce dice que hay mecanismos para reformar la Constitución, que no son "las tablas de la ley" detenidas en 1978

Así se ha pronunciado en declaraciones a los periodistas en Granada, antes de impartir la conferencia 'La justicia en el futuro constitucional', en un acto organizado por el Club de la Constitución, que, según ha recordado "defiende los ideales" de la Carta Magna.

En su opinión, la Constitución del 78 fue "un hito para la convivencia durante tantos siglos permanentemente rota entre todos los españoles". Él, según ha dicho, es un "gran defensor" de lo que supuso, "básicamente porque regula nuestra vida cotidiana": "Colocamos la Constitución quizás con los grandes problemas políticos o sociales, pero lo cierto es que en el día a día casi todo lo que estamos haciendo tiene de alguna forma un significado constitucional".

Además, ha reflexionado sobre el papel de la justicia en ese panorama que, según ha indicado, el de "equilibrar los conflictos sociales defendiendo siempre a las minorías y a todos" y "procurar que los conflictos sociales tengan un rendimiento que no incremente fracturas sociales". Todo eso, según ha incidido, "implica una administración de justicia como servicio público muy eficaz, con unos jueces independientes, con unos fiscales imparciales y básicamente que lo que es un poder del estado tenga un significado también de un servicio público".

Preguntado por si, como algunos sectores sostiene que esa Constitución habría que reformarla, ha contestado que "hay mecanismos previstos para ello" pero ha matizado que quizá, en lugar de una reforma, debería hacerse una "interpretación" de la misma, como se hizo con el Código Civil, "muy atinente con respecto a la realidad social".

No obstante, ha señalado que vería "harto positivo" una reforma si hay consenso "y si se sabe hacia dónde". Además, ha sostenido que "no podemos interpretar la Constitución a cómo era en 1978, la Constitución es una norma viva como todas las normas y por lo tanto cualquiera de los preceptos de la Constitución tiene que tener siempre una perspectiva en el tiempo, una perspectiva de realidad social, que es lo que permite que sea una norma viva y no las tablas de la ley esclerotizadas, detenidas en 1978".

"Si hay alguna parte de la Constitución en la que existe consenso suficiente para cambiar esa perspectiva pues los mecanismos están abiertos, tenemos unos mecanismos ciertamente muy restringidos pero son los que nos hemos dado nosotros los españoles", ha concluido.