Lanzas, imputado en los ERE, dice que su trabajo fue "legítimo" y fruto de 20 años de experiencia

En sus primeras declaraciones tras ser imputado por la Policía, Lanzas ha explicado a Efe que, al no tener exclusividad en UGT, compaginó su labor sindical con la de comercial para la consultora Vitalia para llevarle colectivos que iban a prejubilarse, previo acuerdo entre la empresa y el comité de empresa, y que su remuneración era mayor si, además del corredor, conseguía que la aseguradora fuera alguna del grupo Vitalia.

Según Lanzas, esa simultaneidad es "algo perfectamente legítimo" y la remuneración en forma de seguro de rentas, aunque pueda llamar la atención, es "normal", porque a Vitalia "le era mucho más cómodo crear una póliza para mí y diferir los pagos de este modo", mientras él tenía "una retribución asegurada durante diez años".

Lanzas nunca supo qué fondos utilizó Vitalia para constituir esa póliza, si los suyos propios, como correspondía, u otros que no lo eran, pero "a mí me aseguró en su momento que eran fondos propios", ha afirmado.

Lo explica con un ejemplo: "Si hago un trabajo de cien euros para un agricultor, éste tiene dos opciones: o me da cien euros en metálico o me paga con un producto de su huerto. El 99 por ciento de los agricultores me ofrecerá el pago en productos propios, ya que a él le cuesta menos".

Lanzas, que ha respondido por escrito a un cuestionario de Efe, manifiesta que ahora se arrepiente, "y mucho", de haber aceptado que la consultora Vitalia le pagara mediante una póliza de seguro de rentas dividida entre él y su esposa para que fuera más ventajosa desde el punto de vista fiscal.

Su esposa figura "formalmente" como perceptora de 177.000 euros en la empresa malagueña Hitemasa, uno de los ERE fraudulentos que investiga la juez de instrucción 6 de Sevilla, pese a que "en absoluto ha tenido nada que ver", según Lanzas, ya que "durante años yo salía de mi casa el lunes y volvía el viernes, he hecho más de medio millón de kilómetros y ella se ocupaba de la casa y los niños".

Ha asegurado que le molesta que lo definan como "conseguidor" porque "tras veinte años haciendo frente a complejas negociaciones en el mundo sindical, adquirí cierta habilidad que luego utilicé, ya fuera del sindicato".

También rechaza que los honorarios por mediar en un ERE sean elevados, ya que se trata de un porcentaje pequeño sobre una cifra muy alta -en el caso de Mercasevilla, de más de nueve millones de euros- por lo que no es raro que importantes bufetes de abogados como los de Olivencia, Garrigues o Cuatrecasas se dediquen a mediar en ellos, "por cierto, cobrando bastante más pese a que no se trate de un trabajo jurídico".