La ONU pide a representantes de los talibanes que dejen de reclutar niños

La diplomática cingalesa explicó que en una visita esta semana a Kabul tuvo la ocasión de reunirse con los líderes talibanes moderados que forman parte del proceso de reconciliación nacional que impulsa el presidente afgano, Hamid Karzai.

"Hablamos con ellos y les pedimos que traten este asunto con los opuestos al Gobierno y debo decir que se mostraron muy receptivos", dijo la representante de la ONU.

Pese a que sus colaboradores casi no tienen acceso a las áreas controladas por los talibanes, Coomaraswamy señaló que tienen una idea de la situación de los menores en esa zona a través de los relatos de los niños soldados capturados o que se rinden a las fuerzas gubernamentales y a las tropas internacionales que las apoyan.

Señaló que, a partir de sus testimonios, se deduce que el reclutamiento de menores es una "práctica regular" en las filas de los rebeldes que combaten al Gobierno de Kabul.

"Hay tres menores que iban a ser terroristas suicidas, pero a los que los explosivos no detonaron, y hay muchos presos en centros de detención, de muy corta edad. Algunos provienen de las zonas fronterizas de Pakistán", explicó.

Durante su estancia en Afganistán, Coomaraswamy firmó un plan de acción con el Gobierno de Karzai para poner fin al reclutamiento de menores en las fuerzas armadas y a proteger a los niños afectados por el conflicto.

El acuerdo fue firmado por el ministro afgano de Asuntos Exteriores, Zalmai Rassoul, el jefe de la misión de la ONU en Kabúl (UNAMA), Staffan de Mistura, y la representante especial de la ONU sobre Infancia y Conflicto armado, Radhika Coomaraswamy.

En abril de 2010, la Policía Nacional afgana apareció en el noveno informe del secretario general de la ONU sobre Infancia y Conflicto armado por el reclutamiento y uso de niños en sus filas, aunque el Gobierno creó un comité para revertir la situación.

La representante de la ONU dijo hoy que confía en la voluntad mostrada por las autoridades para poner fin a esta práctica, en la que a menudo las familias falsifican la documentación de sus hijos para que puedan enrolarse en las Fuerzas Armadas y traer un sueldo fijo a sus hogares.

"La cuestión no es si quieren poner en práctica el plan de acción, es si tienen la capacidad de hacerlo, particularmente en las regiones", resaltó.

Coomaraswamy señaló que carece de cifras concretas sobre el número de menores en las fuerzas de seguridad afganas, pero los casos revelados por sus colaboradores en Kabul permiten afirmar que existe "un patrón de conducta".

Durante su instancia en Kabul, la representante de la ONU también se interesó por la situación de tres menores de 18 años retenidos por las Fuerza Internacional de Asistencia a la Seguridad (ISAF) por supuestas actividades terroristas.

Asimismo, trató con las autoridades del fenómeno de los Bacha Bazi, adolescentes vendidos a hombres poderosos como entretenimiento y esclavos sexuales.

Tanto las autoridades de Kabul, así como los talibanes, se oponen a esta práctica, lo que no impide que esta práctica siga dándose entre las clases acaudalas del país, dijo Coomaraswamy.

Según la ONU, Afganistán es el conflicto más letal para los menores de edad, que son víctimas de las minas, los combates y los ataques terroristas que han convertido a este país en uno de los lugares más peligrosos del planeta.