Ana Julia: "Les voy a hacer un pez por mis cojones"
- Escuche esto. (Juez)
- No lo escucho bien. (Ana Julia)
- Se lo voy a poner tres veces, a la tercera le voy a tener que decir lo que usted dijo. (Juez)
- No lo recuerdo. (Ana Julia)
- ¿No lo reconoce? (Juez)
- Usted dijo: “Dónde lo puedo llevar yo, a algún invernadero”. ¿Usted tenía intención de dejar el cuerpo del niño en algún invernadero? (Juez)
- No lo recuerdo. (Ana Julia)
- Haga memoria. (Juez)
El juez le pide que haga memoria y le explica que llevaba en el coche un dispositivo de grabación. Lo que escuchamos es el momento en el que Ana Julia mete al niño en el maletero y maldice... La segunda grabación es la segunda maldad, que Ana Julia dice en voz alta y escucha de nuevo. Se la pone cinco veces:
- Usted habla en susurro y dice "no quiere un pez, le voy a hacer un pez por mis cojones". (Juez)
- Pues yo no me reconozco y no me acuerdo. (Ana Julia)
Ana julia se niega a reconocer tanta crueldad. El juez le da la oportunidad de justificar tanto odio.
-Es muy cruel, es muy cruel…Yo no recuerdo haber dicho eso, es muy cruel. La única explicación que tengo es que no me acuerdo. (Ana Julia)
Esa mañana vuelven a preguntarle por los golpes que tiene Gabriel en la cabeza. La autopsia deja claro que fueron en vida. Ana Julia no quiere acordarse. Su estrategia es la del homicidio imprudente. Llora, pero defiende con garra cualquier acusación de asesinato.
La primera y única declaración de Ana julia duró dos días. El segundo es el que acabamos de mostrar. El primero acabó con sus mentiras puestas sobre la mesa. Sus lloros no lograron conmover al juez que duro, frio y recto la interrogó con aparente amabilidad pero con mucha agudeza para sacarle sus mentiras una tras otra. Ana Julia cambiaba de la frialdad al lloro compulsivo, pero el magistrado estaba muy atento a todas sus equivocaciones. (Había secreto se sumario y todas las preguntas tenían trampa). Cometió muchas; la más importante en relación al hacha, dejando al descubierto que posiblemente se había inventado el momento en el que describió al niño con un hacha en la mano, amenazante. La siguiente: negar que tenía planes para el cuerpo del niño cuando lo desenterró. El juez le preguntó si había balbuceado algo mientras lo introducía en el maletero. Ana Julia insistía en que no. Jamás. Al día siguiente le puso sus grabaciones y ella misma cayó derrotada. Lloraba amargamente porque la habían descubierto con su terrible mentira y su apuesta de convencer al juez de que fue un homicidio imprudente se desmoronó. La realidad era mucho más dura. Y la crueldad de Ana Julia no dejó indiferente al juez.
- Llantos, mentiras... así declaró Ana Julia ante el juez cómo acabó con la vida de Gabriel
- Ana Julia escenifica un angustioso relato en su declaración ante el juez