Una multitud conmemora la Pasión de Cristo en el mayor santuario religioso de Brasil

Desde el amanecer, centenares de peregrinos llegaron hasta la basílica, a 167 kilómetros de Sao Paulo, para participar en las celebraciones del Viernes Santo, que concluyeron con la procesión del Santo Sepulcro por los alrededores del santuario.

En el sermón de las siete palabras el arzobispo metropolitano de Aparecida, Raymundo Damasceno Assis, invitó a los presentes a hacer una reflexión sobre la "sociedad ruidosa en que vivimos" y a no olvidar a los más necesitados.

"La pasión de Cristo se prolonga en la soledad de los ancianos, en las víctimas de la violencia que se manifiesta de tantas formas en nuestra sociedad, en las víctimas de la injusticia social", manifestó el prelado.

Igualmente recordó a "los que sufren discriminación por el color, por la religión, por la condición social" y abogó también por "los niños y adolescentes víctimas del trabajo esclavo o del abuso sexual, los mendigos y la gente sin hogar, los desempleados y los encarcelados sometidos a condiciones infrahumanas de vida".

Pese a que Brasil es el país con mayor número de católicos del mundo, la Semana Santa suele atraer pocos fieles a las celebraciones religiosas en grandes ciudades como Sao Paulo y Río de Janeiro y la tradición del Viernes Santo se conserva más en pequeñas ciudades del interior.

Una multitud mayor que la de Aparecida se dio cita hoy en Nova Jerusalén, en el estado de Pernambuco (noreste), para asistir a una tradicional puesta en escena de la Pasión y Muerte de Cristo, según las autoridades.

Alrededor de 12.000 personas asistieron a la representación teatral en Nova Jerusalén, una ciudad-teatro al aire libre construida hace más de cuatro décadas a 180 kilómetros de Recife, la capital regional, para atraer a turistas de todo el país a las conmemoraciones del Viernes Santo.