La fiesta más divertida para los más pequeños: en Lanjarón, por San Juan, el fuego se convierte en agua
Han discurrido durante 30 minutos por un recorrido con una veintena de mangueras
Los más pequeños, los más felices, se han armado con globos y pistolas de agua
Treinta minutos de infarto en el que los más pequeños han tenido una única misión: acabar completamente mojados. “Ninguno se salva”, advertían los más pequeños. Y para ello iban cargados de globos, pistolas de agua y toda clase de armamentos… y es que en Lanjarón, Granada, por San Juan, el fuego se convierte en agua.
Con más de una veintena de mangueras durante todo el recorrido es prácticamente imposible estar seco. Y si alguno lo consigue siempre hay algún vecino con cubos o mangueras dispuesto a remediarlo.
“Todo el agua que se utiliza, que cae desde los balcones y que cae de la calle, va a un sistema de regadío en las calles que hay colindantes a la calle principal y van a la acequia”, explica José Antonio Orante, técnico municipal de Lanjarón.
Los más pequeños lo tienen claro, es una de las mejores fiestas; una jornada mágica en la que el agua es protagonista.