Ingresado por fiebre hemorrágica de Crimea-Congo en Salamanca tras picarle una garrapata
El paciente permanece en aislamiento y en estado estable dentro de la gravedad de esta patología
El hombre sufrió la picadura en un zona de pinares de la provincia salmantina a finales de mayo
Un hombre está ingresado en el Complejo Asistencial Universitario de Salamanca desde hace un par de días con fiebre hemorrágica de Crimea-Congo (F.H.C.C.) tras haber sufrido la picadura de una garrapata en una zona de pinares de la provincia salmantina a finales de mayo. El paciente permanece en aislamiento y en estado estable a pesar de la gravedad de esta patología.
La fiebre hemorrágica de Crimea-Congo está causada por un virus, cuyo mecanismo de transmisión principal es la picadura de la garrapata del género "Hyalomma", aunque también puede transmitirse de persona a persona por contacto con sangre o fluidos del enfermo, lo que puede ocurrir especialmente en personal sanitario cuando no está debidamente protegido.
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En este caso en concreto, el proceso infeccioso le ocasionó fiebre elevada al sujeto, por lo que acudió a su médico de Atención Primaria, quien sospechó que pudiera tratarse de una infección transmitida por garrapatas y le puso tratamiento. Ante su no mejoría se le realizaron analíticas y se decidió su traslado hospitalario, con la sospecha de que pudiera tratarse de un cuadro de fiebre hemorrágica de Crimea-Congo.
Tan pronto como se estableció la sospecha de este posible caso, desde Salud Pública y en coordinación con el ámbito asistencial se ha puesto en marcha el protocolo de actuación y coordinación entre las autoridades sanitarias del Ministerio de Sanidad y de la Comunidad autónoma de Castilla y León. Ante esta situación, se han remitido muestras de sangre del paciente al Centro Nacional de Microbiología del Instituto de 'Salud Carlos III', que ha confirmado que se trata de una infección por el virus de Crimea-Congo. Asimismo se han adoptado las oportunas medidas de protección de los profesionales sanitarios.
La Sección de Epidemiología del Servicio Territorial de la la Junta de Castilla y León, en colaboración con los profesionales sanitarios del Complejo Asistencial Universitario de Salamanca, ha identificado los contactos de la persona afectada para indicarles el seguimiento a realizar. El procedimiento consiste en vigilar periódicamente su temperatura corporal y comunicar a su epidemiólogo de referencia cualquier cambio en su estado de salud.
Los síntomas suelen comenzar de forma súbita
Cuando se produce la picadura de la garrapata, la fase de incubación es generalmente de uno a tres días, con un máximo de nueve días, explica la Organización Mundial de la Salud (OMS). El periodo de incubación tras el contacto con sangre o tejidos infectados es normalmente de cinco o seis días, con un máximo documentado de 13 días.
Los síntomas suelen comenzar de forma súbita. Pueden ser en forma de fiebre, mialgia (dolor muscular), mareo, dolor y rigidez de cuello, lumbago, cefalea, irritación de los ojos y fotofobia (hipersensibilidad a la luz). También puede haber náuseas, vómitos, diarrea, dolor abdominal y dolor de garganta al principio, seguidos de bruscos cambios de humor y confusión. Al cabo de dos a cuatro días, la agitación puede dar paso a somnolencia, depresión y debilidad, y puede aparecer dolor abdominal en el cuadrante superior derecho, con hepatomegalia detectable.
Normalmente hay signos de hepatitis, y los pacientes muy graves pueden sufrir un rápido deterioro renal, o insuficiencia hepática o pulmonar repentina después del quinto día de enfermedad. La tasa de mortalidad asociada a la FHCC es de aproximadamente un 30%, y la muerte sobreviene durante la segunda semana. Entre los pacientes que se recuperan, la mejoría comienza generalmente al noveno o décimo día tras la aparición de la enfermedad.