El padre del presunto homicida dice que la novia le hacía la vida imposible
AGENCIA EFE
06/04/201107:48 h."Le hacía la vida imposible, le echaba a menudo de casa y traía a otros hombres", ha declarado a Efe Dorel Marcu en una conversación telefónica desde su casa de Copsa Micu, en el centro del país.
Su hijo, de 21 años de edad, presuntamente estranguló el lunes en Torrejón de Ardoz a V.M, también rumana, de 19 años, embarazada de cinco meses.
Según las informaciones proporcionadas por la policía española, al parecer la víctima le comunicó a su agresor su intención de romper la relación y que el hijo que esperaba no era suyo.
Tras los hechos, el hombre se comunicó por Internet con su padre en Rumanía y, a través de una webcam, le mostró el cuerpo sin vida de su compañera.
"Al hablar con él temí que se tirara por el balcón", ha declarado Marcu, quien afirma que su hijo "iba a volver pronto a Rumanía porque no aguantaba más. Ahora está enterrado en vida".
Fue el padre del joven, tras hablar con él, quien alertó a la policía rumana que, a su vez, informó a la policía española.
"Se burlaba de él, le hizo dormir muchas veces en las escaleras", añade el progenitor del presunto homicida.
Marcu quiere viajar ahora a España para estar cerca de su hijo, pero carece de medios económicos.
"Un viaje a España cuesta mucho dinero y yo no tengo trabajo. En casa sólo trabaja la mujer", ha explicado Marcu, que se ha puesto en contacto con el consulado rumano en Madrid para que le ayude con el desplazamiento.
El padre también calificó de "mentira" que su hijo quisiera matar también a la hermana de su novia, como han escrito algunos medios.
La hermana "estaba con él en casa cuando hablamos por teléfono. Si hubiera querido hacerlo, lo hubiera hecho", ha afirmado el padre, que ha dicho que si su hijo no se separó de su novia fue por la niña (de tres años) que tenían en común.
El crimen ha causado una gran conmoción en Rumanía y toda la prensa se hace eco del caso y recoge reacciones en Copsa Mica, donde "todo el mundo habla del crimen", según dijeron a Efe vecinos de la localidad.
El alcalde de la ciudad donde vive Dorel Marcu, Daniel Tudor Mihalache, ha asegurado que "estas cosas pueden pasar con gente de cualquier parte" y que "lo que ha sucedido no compromete en nada la imagen del pueblo", situado a unos 300 kilómetros al norte de Bucarest.