Sánchez alaba a las autoridades tras conocerse el intento de magnicidio del detenido en Tarrasa

A sus 63 años a Manuel Murilló se le despertó una obsesión: asesinar a Pedro Sánchez. “Tenía una clara voluntad y tan solo le faltaban elementos logísticos para poderla ejecutar”, ha explicado Albert Oliva, portavoz de los Mossos d’Esquadra.

Lo que no le faltaba al vigilante de seguridad eran armas, munición y explosivos para intentarlo, a juzgar por el desmedido arsenal encontrado en su domicilio.

Murillo no pertenecía a ningún colectivo concreto, pero por sus chats se sabe que digería mal ciertos asuntos, como la exhumación del dictador Francisco Franco.

Una vocal de Vox, ahora testigo protegida, denunció sus intenciones, confesadas en un chat compartido, lo que propició su detención en plena calle.

El propio presidente le ha restado importancia: “Afortunadamente hay muchos profesionales que trabajan muy bien para abortar intenciones como las que hemos conocido hoy”, ha dicho, al tiempo en que ha pedido una defensa sosegada de las ideas.

El PP responde que en esto todos a una: “Ya sea en un escrache frente a nuestras casas o sea cuando intentaban disparar un misil al avión del presidente del Gobierno Aznar”.

Ciudadanos también condena, y Podemos pone el foco en los jueces de la Audiencia Nacional por no hacerse cargo del caso mientras encarcela, dice, a tuiteros y raperos. Sin embargo, fuentes de la Fiscalía confirman que ni siquiera tenían conocimientos de estos hechos. Solo hace 10 días que en Francia se detuvo a 6 personas de extrema derecha que planeaban otro ataque violento contra Macron.