Bajo el nombre de 'Nadie sin cenar', los voluntarios universitarios llevaron las 250 cenas, que fueron donadas por un hostelero madrileño y que contenían dos platos de comida, café, sopa, pan, agua y dos piezas de fruta, por zonas como Plaza de España, la Plaza Mayor, Jacinto Benavente, Tirso de Molina, Ópera, Gran Vía, Montera y Preciados, entre otras.