La fotos de Francisco Franco agonizando en el lecho de muerte vieron la luz, provocando unos de los mayores escándalos en España. El nombre del culpable nunca ha visto la luz y, aunque mucho se ha especulado sobre quién habría podido traicionar a el Caudillo, su verdadera identidad nunca ha sido confirmada.
Olano, periodista y amigo íntimo de Francisco Franco tiene muy claro el nombre del culpable de que estas fotos viesen la luz. "Jaime Peñafiel es el único culpable de que las fotos de Franco agonizando vieran la luz", aseguraba tajantemente cuando se le preguntaba por uno de los secretos mejor guardados y aprovechando el momento para acusar a Peñafiel de "traidor".
Peñafiel, no sin antes aclarar que jamás traicionó a el Generalísimo, quiso zanjar el tema de las fotos asegurando que el "sólo las había comprado". "Yo compré las fotografías y las publiqué en la revista como periodista que soy y para que se viera hasta que grado se había jugado con la agonía de una persona por temas polímicos", aclaraba el periodista.
Peñafiel no sólo confirmó que había comprado estas fotografías, también quiso aclarar que volvería a actuar exactamente igual: "Volvería a publicarlas de nuevo como periodista".
Pero Peñafiel no está dispuesto a llegar al fondo del asunto y deja claro que jamás dirá el nombre de la persona que se las vendió. "Prometí a la persona que me vendió las fotografías por mucho dinero que nuncas diría su nombre, y no lo pienso hacer", sentenciaba el periodista. "Yo las compré y el Marqués de Villaverde las hizo, pero él nunca se puso en contacto conmigo", aclaraba cuando el nombre de Cristobal Martínez Bordiú salía como posible culpable de vender las fotos y de traicionar a su suegro.
Emma García, periodista y conductora de 'Nada es igual', también quiso hacer su propia aportación sobre el tema, asegurando que su maquilladora le había contado que su padre, dueño de la tienda de fotografías donde se revelaron las famosas instantáneas de Franco agonizando, le había contado que el mayodormo del Marqués de Vllaverde había sido la persona que las llevó hasta allí para hacer las copias. Jaime Peñafiel lo negó, dejando claro que, aunque el culpable había sido una persona muy cercana a la familia Franco, "el Marqués de Villaverde era totalmente inocente y no se las había vendido".