Carbonero había sufrido una campaña de ataques por sus circunstancias personales. El propio presidente de la Asociación de la Prensa de Madrid, Fernando González Urbaneja, no estuvo a la altura y afirmó que es una "vergüenza" que la reportera se sitúe cerca de los palos que defiende el cancerbero Iker Casillas, con quien mantiene una relación sentimental, en el Mundial de Sudáfrica.
Telecinco tuvo que contestar a estas declaraciones, ya que "la ubicación de los periodistas sobre el césped está asignada por la FIFA, quien decidió que los periodistas acreditados por las cadenas que poseen los derechos del Mundial se situaran detrás de las porterías de sus respectivas selecciones nacionales, pese a que Telecinco intentó sin éxito que Sara Carbonero pudiera ubicarse próxima al banquillo, donde se producen mayores oportunidades informativas".