"La familia Travolta ha dicho que este asunto les ha causado un estrés y un dolor increíble y desean dejar todo esto atrás", ha señalado el fiscal Neil Braithwaite, quien ha presentado una moción para desestimar el caso.
Tarino Lightbourne. el conductor de la ambulancia que trasladó el cadáver del menor de 16 años, y la ex senadora Pleasant Bridgewater, fueron acusados de amenazar a Travolta y a su esposa con revelar información privada sobre la muerte su hijo Jett de 16 años, ocurrida el pasado 2 de enero de 2009. Los chantajistas supuestamente exigieron 25 millones de dólares a cambio de no divulgar un informe médico sobre Jett.
Los sospechosos, que se habían declarado inocentes, fueron detenidos después de que los Travolta denunciaran el intento de extorsión.
El primer juicio fue declarado nulo por una supuesta filtración del jurado no autorizada y próximamente se iba a celebrar otro, pero según TMZ, Travolta ha decidido aparcar el asunto y no regresar a las Bahamas para así no volver a revivir la tragedia.
"El primer juicio en este asunto dio lugar a una pesada carga emocional para mi familia", ha indicado el actor según la revista.
"Ha llegado el momento de dejar este asunto atrás... llegué a la conclusión de que era lo mejor para mi familia y para mí, no voy regresar voluntariamente a las Bahamas a declarar un segunda vez en el juicio", ha añadido.
Esta decisión de Travolta coincide además con unas polémicas declaraciones publicadas esta semana en las que el escritor Robert Randolph poniendo en duda la fidelidad del actor a su mujer y la sexualidad de éste.
La autopsia del cuerpo de Jett Travolta confirmó que la muerte se debió a un ataque epiléptico sufrido por el adolescente, quien era autista, y no a un accidente o un golpe contra la bañera del hotel en donde pasaban unas vacaciones en Bahamas, como se especuló en un primer momento.
John Travolta, de 56 años, y su esposa, Kelly Preston, de 47, serán nuevamente padres de un niño y tienen otra niña de 10 años llamada Ella Blue.