Son las ocho de la mañana y la sirena del escáner comienza a emitir su inconfundible sonido. Hoy pasan 40 camiones para que su contenido sea analizado por las pantallas. En esta sección se detectan las mercancías ilegales como droga, armas o tabaco falsificado. Es la inspección en más profundidad, pero no es la única. Durante toda la mañana en los muelles de inspección, los trailers se amontonan para la escrupulosa revisión manual. Miles de cajas son descargadas, abiertas y revisadas por los agentes de vigilancia aduanera. Si detectan falsificaciones o fraude fiscal se decomisara y pasará a unas estanterías que es como el museo de los horrores de mercancías ilegales. Una vez determine el juez, se procederá a su destrucción.
Los inspectores regulan los expedientes. Hoy han encontrado camisetas de la selección española falsificadas, nosotros avisamos a la marca, sus peritos determinan si es falsificación y denuncian. Normalmente se queda confiscada para destruir, nos cuenta Lourdes, una de las inspectoras, que corre para seguir con su trabajo, que parece no acabar nunca. Cajas y más cajas de generadores eléctricos, mesas, ropa, juguetes, etc porque por el puerto entra todo lo que consumimos, y casi todo procede, como no, de China.
Millones de productos que no paran de llegar por mar, cada día, sin descanso
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