Este año han venido varios franceses, un jinete suizo y otro italiano. El ambiente es de camaradería. Compiten, pero no se les nota. Al empezar el día cogen las riendas. Tras recorrer los primeros 30 km hacen una pausa para que los veterinarios revisen el estado de los caballos. Nada más llegar al punto, el ritmo es frenético. Los equipos de asistencia trabajan rápido para refrescar a los animales con agua para bajarles cuanto antes las pulsaciones.
Entre los olivares se escucha un griterío de voces que traen y llevan cubos, desensillan caballos y retiran monturas. Lo primero que los veterinarios comprueban es que los caballos bajan en un minuto las pulsaciones que traen de 90 a 64. Después los auscultan, les miran la boca y los ojos y observan el trote para ver si llegan con alguna cojera. Si pasan todas esas pruebas de reconocimiento, continúan la marcha. Si no, quedan pendientes de un reconocimiento más profundo que será el que determine si se les da de baja.
La salida vuelve a hacerse por el mismo orden en el que llegaron. La carrera sigue por parajes naturales, en caminos que cruzan parques, campiñas, ríos y olivares. Este año arrancó en la aldea de El Rocío para terminar en Andújar. Y al culminar la etapa del día, vuelta a empezar. Control veterinario para dar el ok a los que siguen y certificar posibles bajas. Y antes de descansar, pomadas antiinflamatorias para las patas de los caballos que los dejan a tono para continuar la carrera al día siguiente. Reciben los cuidados de un atleta. Los jinetes incluso pueden bajarse del caballo en algunos tramos para favorecer a sus caballos.
Este Raid es una idea del cantante andaluz Jose Manuel Soto y su fascinación por los caballos. Fue su manera de combinar esa pasión con los mejores rincones que tan bien conoce de Andalucía. Él mismo se encarga de diseñar cada año el itinerario, viajando por pueblos y caminos, pidiendo permisos hasta hacer realidad el sueño. Otro aspecto que llama la atención de este raid es el de la disparidad de edades de los participantes. La más joven es Marta Hidalgo, de 16 años, con varios premios nacionales ya en su carrera. Y muchos con Hermes, el mismo caballo con el que corre este Raid. Un ejemplar que parece haber roto la supuesta edad óptima de un caballo, entre los 12 y los 14 años. A sus 17, Hermes sigue imparable cosechando premios. Marta compite con jinetes más veteranos, algunos que superan los 70 años. Un deporte sin edad.