Los jugadores del Madrid sabían que su triunfo haría feliz a millones de personas. Por eso cumplieron su palabra y a pesar de que llegaron a España pasadas las cuatro de la mañana, no faltaron a la cita en Cibeles. Los blancos aterrizaron a las 4:15 de la madrugada en Madrid arropados por cientos de aficionados. Cristiano fue de los primeros en bajar y Ramos no se despegaba de la orejona, su sonrisa lo decía todo. Y allí se subieron al autobús que les haría reencontrarse con su Diosa. Y mientras tanto en Cibeles, una auténtica fiesta a la que se apuntaron hasta los más valientes. Eran las seis menos cuarto y algunos se cansaban de esperar pero al final los héroes de la décima llegaron, algunos más despiertos que otros pero allí estaba Arbeloa alumbrando el camino. La fiesta madridista finalizó cuando Casillas le cedió el testigo a Ramos para vestir a la Diosa Cibeles. El equipo saldrá de Valdebebas a las 20:30 para visitar después el Ayuntamiento y la Comunidad de Madrid y cerrará la fiesta a las diez en el Bernabéu con toda la afición