El sendero de Pau Capell, el corredor catalán en la cima del 'ultra trail': "En La Patagonia tuve tiempo de ordenar mi vida"
![Álex Aragonés](https://album.mediaset.es/cimg/1010/2021/09/13/IMG_8103_714a.jpg?w=1024)
![Pau Capell Pau Capell](https://album.mediaset.es/eimg/2023/04/28/pau-capell_5382.jpg?w=1200)
Los 160 kilómetros de competición y las 20 horas seguidas corriendo llevaron al de Sant Boi a tomar decisiones sobre su vida personal
Pau coronó La Patagonia el año pasado, dando ejemplo de competitividad sana al entrar a la línea de meta con el argentino Pereyra
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Correr a dos mil metros de altura y durante 20 horas seguidas ha llevado a Pau Capell a la cima del 'ultra trail'. Carreras con distancias de ultrafondo que han permitido al corredor catalán "ordenar muchos problemas" entre la agonía por coronar las mejores montañas del mundo. Entre ellas el paraíso de La Patagonia, donde se convirtió el año pasado en el segundo español en conquistar una de las pruebas más exigentes.
Una victoria en la que hizo muestra de competitividad sana al entrar a la línea de meta con el argentino Pereyra, que sufrió un percance en el último tramo de la carrera. Un año más tarde, Pau trató de defender el título sin éxito. Pese a ello, el de Sant Boi (Barcelona) tomó una decisión personal entre las interminables horas de competición por los senderos.
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"Imagina el nivel de cosas que puedes llegar a pensar, como hacer una familia. Tuve tiempo de ordenar mi vida y si todo estaba en su lugar para dar este paso. Hasta ese punto pensamos", reconoce el ultrafondista, quien disfruta de un deporte en el que no importa solo ganar.
Pregunta: ¿Hasta qué límite llega la capacidad de sacrificio de un corredor de alta montaña?
Respuesta: Si me dices ahora mismo que vas a correr 20 horas, te digo ‘qué pereza’, pero no lo pensamos de esta manera. Es como un jugador de tenis, que juega un final del Roland Garros y ha estado cinco horas contra Roger Federer o Rafa Nadal compitiendo ‘a fuego’. Tantas horas a ese nivel es muy cansado, pero estoy convencido de que estos deportistas no piensan en el tiempo que van a estar compitiendo porque es muy duro, pero te lo vas encontrando.
No entrenamos esa cantidad en un día. Lo que intentamos es acumular muchas horas en dobles entrenos, por la mañana y por la tarde. Que el cuerpo esté siempre entrenando. Le dejas un descanso de unas tres horas entre cada sesión para recuperar un poco aparte de dormir por la noche.
P: ¿Qué pensamientos vienen a la cabeza mientras corres durante periodos de tiempo extensos?
R: Al principio piensas en el ritmo, los tiempos y los avituallamientos. A partir del kilómetro 60-70, que igual llevas unas 7 u 8 horas, es cuando empiezas a replantearte la vida. Lo que tienes y dejas de tener. Si tus padres están bien, cómo les puedes ayudar. Piensas en esto más que en otras cosas. También ordenas muchos problemas.
P: ¿Has solucionado algún problema compitiendo?
R: Muchos. Me ha pasado estar entrenando, coger el móvil y llamar a alguien porque se me ha ocurrido algo o porque tenía algo pendiente que decirle. Soluciono muchas cosas porque tengo tiempo, algo que la gente no tiene en su rutina diaria.
P: ¿Cuál ha sido la última decisión importante mientras corrías?
R: Con mi pareja vivimos muy bien en Andorra y estamos en un momento de la vida que estamos avanzando para hacer una familia. En un punto de la Patagonia Run hace unas semanas dije: ‘Mañana la llamo, o cuando acabe, y le digo que ya estamos preparados para hacer una familia’.
Imagina el nivel de cosas que puedes llegar a pensar, como hacer una familia. Eso en el día a día igual no tienes tiempo de razonar si la economía es suficiente, si vives en el sitio correcto, si la familia está bien. En La Patagonia tuve tiempo de ordenar mi vida y si todo estaba en su lugar para dar este paso. Hasta ese punto pensamos.
P: Precisamente, defendías título tras ganar el año pasado con suspense en los últimos kilómetros.
R: Aquel final fue un poco complicado. Son carreras de autosuficiencia, nadie te puede ayudar. Solo tienes unas bolsas de vida, que puedes dejar comida o ropa o lo que quieras para coger en unos puntos determinados. Había liderado la carrera porque me encontraba bien, pero Pereyra, un corredor argentino, me atrapó en el kilómetro 130, cuando quedaban unos 30 kilómetros. Fuimos juntos hasta el 150, quedando diez para meta.
Le dejaron un frontal porque se le acabó la luz. Eso en teoría no se puede hacer y se lo expliqué corriendo. Le advertí que le podían descalificar, pero llamé al organizador corriendo para decir que lo había hecho por desconocimiento. Teníamos buena relación. Yo apreté sabiendo que igual mentalmente estaba más flojo por el problema que había tenido. Me lo saqué de encima, pero a 300 metros de meta le esperé.
P: ¿Por qué decidiste parar?
R: Me daba pena la situación a 10 kilómetros de meta después de 19 horas corriendo. No me apetecía ganar así. La gente me empezó a decir que por qué no entraba y les dije que me esperaba a que llegara Sergio porque quería acabar con él. No expliqué nada del frontal. Cuando él llegó, al cabo de los 10 minutos, entramos juntos.
P: ¿Te consideras ganador de aquella edición?
R: Me considero ganador y él también lo considera así. Como había esperado, interpretaron que hubiera ganado y él hubiera quedado segundo. Nos lo comentaron y estuvimos de acuerdo. De todos modos, los premios y todo lo partí. El trofeo de primero se lo di porque a mí me daba igual.
Lo que gusta del deporte es que siempre hay un perdedor. Cuando hay alguien que está muy arriba y pierde, eso a la gente le encanta. No sé si el ser humano es malo o no, pero el fracaso gusta más que el éxito. Lo tengo comprobado en redes sociales.
P: La historia pudo repetirse hace unas semanas.
R: Pereyra me atrapó, de nuevo, en el mismo punto que el año pasado, que es una subida muy larga. Esta vez me avanzó porque no me encontraba bien. Me enganché a él y fuimos juntos hasta el kilómetro 142, cuando quedaban 18 para meta. Pero ya habíamos hablado que en esta edición no podía pasar otra vez. Él apretó y se arriesgó. Mantuve el ritmo que pude y después no le pude alcanzar. Se la llevó él este año.
P: ¿Cuál ha sido la carrera que más has disfrutado?
R: Sin duda, el Ultra-Trail de Mont-Blanc en 2019. Fui el segundo español en ganarla. Fue la carrera perfecta. Lideré en solitario la carrera, pero esas 20 horas y 19 minutos me salió todo bien. Tenía mis seres queridos cerca, la disfruté de principio a fin.
P: El primer español fue Kílian Jornet. ¿Son comparables sus hazañas?
R: Es uno de los mejores deportistas que tenemos. No te puedes comparar con Leo Messi, es imposible. Kílian nos ha abierto un gran abanico de posibilidades en el deporte. Ha permitido que marcas se fijen mucho más. De lo que él hace a lo que hacemos los demás va aparte. Él con tres años subió el Aneto. Yo empecé a correr a los 20 años, me lleva años de ventaja. También es un obsesivo del deporte, de la mejora y cómo se puede avanzar en tecnología. Es un tipo que va un paso adelante, esto nos ayuda a todos a espabilar.
P: ¿Qué carrera te ha sorprendido más?
R: La Ultra Tail de Madeira (Portugal). Es una isla pequeña, pero que la recorres de punta a punta. Es muy dura, son 115 kilómetros con un desnivel descomunal, un terreno muy duro de subidas y bajadas con escaleras. Son unas 14 horas de carrera, pero que te dejan destrozado. Pides la ambulancia al cruzar la meta. Es una de las carreras que al terminar he dicho que es de otro pajar. También me he retirado. Mi mejor posición fue un segundo lugar.
P: ¿En qué montaña nace esta pasión por correr?
R: Toda la vida he estado en Sant Boi (Barcelona) hasta que me fui en 2019. Me independicé directamente a Andorra. Mi pasión empezó entrenando en Sant Ramón y Sant Antoni. Después me iba hasta Garraf, Begues, Sitges y volvía. Me aficioné de esta manera. Cuando estoy en Andorra cuatro semanas seguidas, necesito bajar a mi montaña. Mucha gente necesita bajar a Andorra a oxigenar y yo para oxigenar necesito estar cerca de Sant Boi. Toda montaña tiene su parte bonita.