Un laboratorio rejuvenece ratones ancianos y prolonga su vida con reprogramación genética

La compañía Rejuvenate Bio, una pequeña biotecnológica de San Diego, en California, asegura que ha utilizado una tecnología llamara reprogramación en ratones de edad avanzada para prolongar su vida, como si de alguna manera retrasara el reloj biológico de sus células para rejuvenecerlas y llevarlas a un estadio anterior.

Los resultados de la investigación se han publicado en un repositorio y aún no han sido revisados por la comunidad científica; pero todas estas investigaciones están atrayendo mucha atención e inversiones millonarias, con algunas de las personas más ricas del mundo detrás, como sucede con la iniciativa Altos Lab.

La reprogramación de células en laboratorio ya es una meta conseguida por la ciencia, mediante la exposición de células Viejas a proteínas muy activas en los primeros estadios de evolución de embriones. Este descubrimiento le valió el Nobel al biólogo Shinya Yamanaka en 2012.

Después se probó con éxito este tipo de experimento en ratones con una enfermedad que los hacía envejecer prematuramente. El siguiente paso era intentarlo con ratones sanos.

El proceso ha consistido en el diseño de virus capaces de transportar tres genes reprogramadores muy potentes a las células de unos ratones cuya edad era de 124 semanas, el equivalente a los 77 años de los humanos.

Los ratones de laboratorio puede vivir entre dos y tres años. Para este experimento se escogió a un grupo al final de su vida. La esperanza de vida que les quedaba era de menos de nueve semanas, según el estudio. Los que recibieron el tratamiento vivieron el doble, más de 18 semanas. Es decir, la esperanza de vida total se incrementó un 7,5%. La salud de los ratones durante este tiempo de vida también presentó mejores indicadores, dicen los autores.

Tratamientos para ancianos en un mundo que envejece

“El envejecimiento no se puede prevenir en la actualidad de momento, pero su impacto en la duración de la vida y la salud en las personas mayores se puede minimizar con intervenciones destinadas a devolver los procesos celulares a su función óptima”, explica el equipo liderado por el director científico de la compañía, Noah Davidsohn. Su objetivo a largo plazo es el desarrollo de tratamientos destinados a las personas de edad más avanzada, un mercado en expansión a medida que la población mundial envejece.

Asegura que se trata no sólo de prolongar la vida, sino de retrasar el proceso de envejecimiento, que incrementa las probabilidades de sufrir numerosas enfermedades.

Este optimismo no es compartido en toda la comunidad científica. El profesor de la Universidad de Stanford Vittorio Sebastiano ha comentado en MIT Technology Review que los riesgos de estas intervenciones genéticas son elevados, incluido el desarrollo de cánceres, algo que ya se ha observado en ratones. “Yo tendría muchas reservas para hacer algo remotamente similar a una persona”, afirma.

En su opinión es pronto para saber si esa pequeña prolongación de la vida se debió a algún efecto concreto en un órgano o función aislada, en vez de en un rejuvenecimiento general de los ratones. La empresa fundada por Sebastiano, Turn Bio, se centra de hecho en terapias génicas para objetivos muy concretos como revertir las arrugas de la piel o reiniciar el crecimiento capilar.

Se trata de un avance de las terapias genéticas, que están dando lugar en los últimos años a curas novedosas pero a precios tan astronómicos como polémicos.