Golpe a la recuperación de la capa de ozono: la erupción del volcán de Tonga podría agrandar el agujero

La erupción del volcán Hunga Tonga-Hunga Ha'apai inyectó una cantidad abismal de vapor de agua a la estratosfera, lo cual podría afectar temporalmente la capa protectora de ozono, según un nuevo estudio. Se trata de un hallazgo preocupante que llega unas semanas después de que la ONU confirmase el agujero de la capa de ozono estaría en vías de cerrarse gracias a las medidas adoptadas en el Protocolo de Montreal.

La erupción cataclísmica del volcán submarino de Tonga que tuvo lugar el año pasado aumentó la cantidad de agua en la estratosfera en aproximadamente un 10 %. Esta capa de la atmósfera terrestre es la segunda más baja, y es donde reside la capa de ozono, que protege la Tierra de la dañina radiación ultravioleta. Por lo que no son buenas noticias.

El vapor de agua inyectado por el volcán de Tonga podría agotar el ozono

El aumento de agua en la estratosfera podría causar un "enfriamiento significativo en las latitudes medias del sur", según ha indicado el científico de la NASA Paul Newman a Space.com. Este enfriamiento aceleraría el proceso de degradación del ozono dado que, cuando hay más agua en la estratosfera y esta se enfría, se forman más nubes estratosféricas.

Estas nubes delgadas que flotan entre 15 y 25 kilómetros sobre la superficie de la Tierra suelen formarse durante los meses de invierno y proporcionan el entorno químico adecuado para las sustancias que agotan la capa de ozono a base de cloro. Estas sustancias fueron prohibidas en 1989, pero aún permanecen en el aire.

"Eso funciona durante todo el invierno antártico en julio y agosto, y cuando la luz regresa a las regiones polares en septiembre, todo este procesamiento previo se convierte en la destrucción del ozono que luego vemos como el agujero de ozono", explicó Vincent Henri Peuch, jefe del Servicio Europeo de Monitoreo de la Atmósfera de Copernicus en el medio citado.

La capa de ozono se está recuperando

Por suerte, hoy en día no se utilizan los químicos que destruían la capa de ozono en la década de 1950, a base de cloro y bromo. El uso de estas sustancias nocivas fue prohibido por el Protocolo de Montreal, que las Naciones Unidas firmaron en 1987.

El último informe del Panel de Evaluación Científica del Protocolo de Montreal sobre Sustancias que Agotan el Ozono, respaldado por la ONU, ha confirmado recientemente que la eliminación de casi el 99 % de las sustancias que agotan el ozono prohibidas ha logrado salvaguardar la capa de ozono, lo que ha llevado a una recuperación notable hasta 2023.

Si se mantienen las políticas actuales, se espera que la capa de ozono se recupere a los valores de 1980 (antes de la aparición del agujero de ozono) alrededor de 2066 en la Antártida, en 2045 en el Ártico y en 2040 en el resto del mundo.

Una noticia importante y vital. La capa de ozono estratosférico absorbe las longitudes de onda biológicamente dañinas de los rayos ultravioleta (UV), que son causantes del cáncer en la piel, problemas de la vista (cataratas) y debilitamiento del sistema inmunológico, entre otros impactos en la salud.