Emma Short, una joven de 26 años de Coventry, es el último ejemplo de cómo las redes sociales pueden convertirse en una pesadilla si no las sabes utilizar. Al parecer, un compañero de trabajo le estaba haciendo la vida imposible. Para desahogarse y expresar su frustración, colgó varios mensajes contra él en Facebook, que a la postre le costarían el puesto. Alguien se lo contó a sus jefes, que no dudaron en despedirla, acusándola de acoso cibernético. Emma admite su error, pero subraya que en ningún momento el nombre de su compañero salió a la luz, ya que su perfil estaba configurado para ser visto únicamente por familiares y amigos cercanos. Entonces, el 'chivato' sólo pudo salir de alguien de su familia. ¿Quién quiere enemigos con parientes así?. FOTO: Caters News Agency/Iberpress.JNP.