Las cosas no siempre son lo que parecen... ni los animales
¿Te imaginas ponerte a fregar la cocina y confundirte con tu propio perro? ¿O ir paseando tranquilamente y chutar un armadillo pensando que es un balón de fútbol? Pues esto es lo que te puede suceder si no te fijas bien en estos ocho animales que perfectamente podrían pasar por cosas. ¿Cuál es tu favorito?El perro-mopa: la pesadilla de los peluqueros caninos
No tiene rastas. Tampoco es una fregona. Este perro de la raza Komondor vive en Hungría. ¿Su mayor cualidad? Un pelaje largo, blanco y grueso que lo convierte en el enemigo número uno de los enredos. Pero su melena tiene historia: según cuenta la tradición, le protege de posibles ataques y mordeduras de lobos.El insecto-hoja: una mascota ni perenne ni caduca
Propio de los bosques de Filipinas, Phyllium philippinicum se ha convertido en uno de los insectos más comunes para tener como mascota. Su impresionante parecido con la hoja de una planta le permite camuflarse de posibles peligros entre la vegetación. De hecho, si te fijas, ¡las similitudes son asombrosas!¡Ojo! No chutes al armadillo
El armadillo puede ocultar su cola y sus extremidades en un santiamén. Bajo el caparazón formado por placas que compone su cuerpo, este mamífero es capaz de convertirse en una pelota perfecta como escudo de protección. Muy común en regiones de Sudamérica, en estos momentos está siendo utilizado para investigar enfermedades como la fiebre amarilla o la leishmaniasis.¡¡¡Un (bicho) palo!!!
Su nombre técnico es Phasmatodea, pero todos lo conocemos como bicho-palo. En Europa existen más de 17 especies de este tipo, y su impresionante parecido con las ramas de muchas plantas le permite pasar desapercibido para los peligrosos depredadores. Durante el día permanecen ocultos entre los arbustos, es con la caída del sol cuando este insecto se pone en movimiento para alimentarse o desplazarse.El erizo-cáctus, ¡cuidado con acercarse demasiado!
Siempre se ha comparado a los erizos con los cáctus. Las similitudes entre ambas no son nada nuevo. Las púas que rodean su cuerpo, así como su estructura redondeada, han dado pie a numerosas confusiones con la planta típica del desierto. Se trata de un mamífero bastante común que, excepto en Oceanía y en Norteamérica, cuenta con una larga historia como especie a lo largo y ancho del planeta.La oruga peluquín: un bisoñé que puede ser letal
Puede parecer adorable, pero nada más lejos de la realidad. Esta oruga a la que muchos han comparado con un peluche o, incluso, con un peluquín, esconde debajo de su sedosa melena unas espinas venenosas cuyo poder es peor que el aguijón de las abejas. La biología la ha registrado bajo el nombre Megalopyge opercularis, y su presencia es alta en zonas de Florida y Carolina del Norte.La libélula-helicóptero: ¡aterriza como puedas!
Sus dos alas transparentes en posición horizontal recuerdan sin duda las hélices de un helicóptero. A pesar de que los separan toneladas de peso, el mecanismo de ambos para poder volar es muy similar. Estos insectos pueden batir sus fuertes alas de forma simultánea o alternada, en función de su vuelo. ¿Habrán servido de inspiración en la creación de dichos aeroplanos?¡A ver quién se atreve a besar al pez arbusto!
He aquí el pez sapo peludo. Un nombre que no le podía venir mejor. Su boca y su posición en la arena a la hora de saltar a por sus presas lo asemejan al viscoso anfibio. Los pelos que brotan de su cuerpo, confirman la segunda parte. Repartido por toda la parte atlántica del Mediterráneo y África, esta especie marina es considerada una de las más extrañas del planeta.