El día que los astronautas bebieron CocaCola y Pepsi en el espacio: "Un gran sorbo para la humanidad"

  • Crear una lata resistente a la gravedad y la presión fue muy costoso

  • En el caso de la Pepsi, el líquido era tan espumoso que los astronautas podían hacer bolas con ella

  • El único tripulante que no quiso beber fue John-David Bartoe para no restar atención a la misión

Los que estuvieron pendientes aquel agosto de 1985 lo recordarán. La tripulación de la misión STS-51F de la Nasa subió a bordo del transbordador Challenger con varias latas de CocaCola y Pepsi con la idea de dar un trago en el espacio. Ambas empresas invirtieron cientos de miles de dólares en diseñar un mecanismo para abrir los envases sin ensuciar toda la cabina. Una vez se encontraron en el vacío, los astronautas dieron “un gran sorbo para la humanidad", como decía uno de los recipientes. Esta semana se cumplen 35 años de la hazaña.

El único que no aceptó beber, de los siete que se embarcaron en el Challenger, fue John-David Bartoe. Temía que la frivolidad desvirtuará el resto de la misión. Así que el resto se repartieron las latas: tres de CocaCola para unos y tres Pepsi para los otros tres tripulantes.

'Space cola wars'

Evidentemente la gravedad y la presión eran un problema para transportar estas bebidas al espacio. A la hora de beber el líquido, se requería de un envase que permitiese abrir la lata sin hacer un desastre. Para ello CocaCola, que fue la primera en contactar con la Nasa, fabricó un aplique presurizado con dióxido de carbono para expulsar el contenido. En resumen, la lata estaba cubierta con una válvula de metal y un pico para beber.

“Cuando Pepsi se enteró de que Coca-Cola iría al espacio”, narra la web especializada Space, “hizo una llamada a la Nasa para que también se incluyera en la misión. La agencia estuvo de acuerdo, pero solo si Pepsi podía desarrollar y entregar un dispensador a tiempo”. La 'guerra' de ambas marcas se llamó 'Space cola wars' en broma.

El diseño fue diferente al de su rival. Según la marca, les costó 14 millones de dólares crear la bebida con gas producido a partir de químicos y el envase, que no difería demasiado del de CocaCola. También usó el dióxido de carbono en su creación. En aspecto se parecía a un bote de nata montada.

Lo que empezó como un reto para ver si una bebida carbonatada era capaz de llegar al espacio sin mancharlo todo, acabó siendo un proyecto de los ingenieros que requirió de alta (y ara) tecnología.

El acuerdo con la Nasa de ambas empresas fue que la tripulación no diría cuál sabe mejor ni realizaría ningún tipo de valoración del sabor, ya que la misión debía acaparar la atención.

La valoración de la tripulación

No supimos qué pensaban del envase en sí para mantener bien la bebida hasta la conferencia de prensa una vez en la Tierra, en agosto de 1985. "El sabor fue sorprendente, o quizás no sorprendente, como era de esperar. Fue un buen sabor. No había nada de malo en eso", dijo Tony England, especialista en la misión STS-51F, a la revista collectSPACE.

"Ambas latas parecían funcionar bien", dijo England. "Cuando los abrimos, no explotaron ni nada por el estilo. Y la bebida estaba disponible de inmediato al intentar beber". En el caso de la lata de Pepsi el líquido era más espumoso, de ahí las imágenes inolvidables de los astronautas haciendo bolas efervescentes sin gravedad.

Pero ¿y qué pasa con las burbujas? "Cuando abres una botella en la Tierra, las burbujas suben y se van. Bueno, como puedes imaginar, si no hay gravedad, las burbujas no salen", dijo. "Así que aquí estás con su estómago lleno de bebida carbonatada, con los gases alojados cómodamente allí".

A partir de aquella hazaña espacial, Pepsi produjo réplicas de su recipiente, que promovió la organización Young Astronauts, y Coca-Cola creó el US Space Camp para vender una versión plástica de su dispensador, además de regalar a sus distribuidores y museos duplicados de su lata. La Nasa, por su parte, presentó al Smithsonian National Air and Space Museum ejemplos de las latas de Coca-Cola y Pepsi, que se exhibieron en Washington, DC.