La creación de estrellas masivas es similar a la de otras menores como el Sol

AGENCIA EFE 12/06/2009 07:26

Este descubrimiento es fruto de una investigación, publicada en el ultimo número de "Science", que ha sido dirigida por Josep Miquel Girart, del Instituto de Ciencias del Espacio (CSIC e Institut d'Estudis Espacials de Catalunya), y en la que han participado además María Teresa Beltrán, del Observatorio de Arcetri, en Italia, y Robert Estalella, de la Universidad de Barcelona.

Los campos magnéticos interestelares son el principal agente para controlar el colapso de las nubes moleculares en donde se forman las estrellas, unas regiones extremadamente frías, que son las más densas del medio interestelar de la galaxia, a pesar de que su densidad promedio es muy baja.

Los científicos han observado con el radiotelescopio Submillimeter Array, situado en las proximidades de la cima de Mauna Kea, en Hawai, que el campo magnético es el agente principal que controla el colapso de la nube de gas y polvo muy densa y caliente, denominada G31.41+0.31, que contiene estrellas masivas jóvenes y que está ubicada en la constelación Serpiente, a 23.000 años luz de la Tierra.

La propia acción gravitatoria de la región más densa y caliente de la nube molecular es tan intensa que desencadena un "espectacular" proceso de contracción, en lo que se denomina colapso; a continuación, el centro de la nube se va haciendo más y más densa, hasta que se forma una estrella.

Según ha explicado el investigador Girart a Efe, las estrellas masivas, de tamaño superior a ocho masas solares, "representan únicamente el 1 por ciento de nuestra galaxia, pero dominan el aspecto y la evolución del medio interestelar"; además son responsables de la producción de elementos "pesados", como el hierro.

Como parte de la investigación, se han realizado observaciones a longitudes de onda submilimétrica, que han permitido detectar con mucho detalle las propiedades físicas de la nube molecular G31.41+0.31 y, en particular, del campo magnético.

A partir de la emisión polarizada del polvo detectada con el radiotelescopio, se puede derivar la morfología del campo magnético interestelar que atraviesa la nube: éste tiene forma de reloj de arena, similar a la nube molecular encontrada hace tres años en una región en donde se están formando estrellas como el Sol.

Pese a esta peculiaridad morfológica, el tamaño de la nube molecular G31.41+0.31 es veinte veces mayor al de una nube en donde se forman estrellas como el Sol, 200 veces más masiva y cien mil veces más brillante, destaca el investigador.

Todavía quedan muchos interrogantes por resolver sobre el futuro de esta nube, según el científico, para quien es "muy probable" que a partir de la nube observada se formen centenares de estrellas.

La mayoría de esas nuevas estrellas tendrán características similares al Sol, pero unas pocas serán muy masivas; "lo que no tenemos del todo claro -dice el experto- es cómo sucederá el proceso".