Ébola: aprobadas las primeras vacunas contra uno de los virus más letales

  • Las primeras vacunas han tardado cinco años en desarrollarse y aprobarse

  • La variedad Zaire del Ébola tiene una tasa de mortalidad del 90%

  • El último brote registrado este año en Congo parece controlado

En septiembre de 1976 el médico belga Peter Piot, del Instituto de Medicina Tropical Anvers, mientras trabajaba en el Zaire (hoy República Democrática del Congo), identificó un agresivo brote vírico desconocido en la ciudad de Yambuku, cerca del río Ébola.

Al mismo tiempo, un segundo brote ocurrió en la ciudad de Nzara, lo que ahora es Sudán del Sur, a aproximadamente 850 kilómetros de distancia. Los brotes ocasionaron 318 afectados y 280 fallecidos. De inició, los funcionarios de salud pública asumieron que estos brotes estaban asociados a un evento único vinculado con una persona infectada que viajó entre los dos lugares. Estaban equivocados.

Más tarde los científicos descubrieron que los dos brotes fueron causados por dos virus genéticamente distintos. Ambos agentes infecciosos pertenecían al mismo mortífero tipo de virus, el virus del Ébola. El virus tomó el nombre del río donde ocurrió el primer brote conocido. Desde entonces, el virus ha azotado África en sucesivas oleadas.

El pasado 1 de julio la Comisión Europea autorizó la comercialización a una nueva vacuna contra el ébola fabricada por la compañía Janssen Pharmaceutica, filial de la corporación norteamericana Johnson & Johnson.

La vacuna ha sido probada con éxito en un total de 3.367 adultos, adolescentes y niños que participaron en cinco estudios clínicos realizados en Europa, África y los Estados Unidos de América. La nueva vacuna inmuniza frente al ebolavirus Zaire (EBOV), el tipo más letal y el responsable de los grandes brotes acontecidos en África en los últimos años.

Hay cinco especies de virus Ébola

Hasta la fecha han sido descritas seis especies diferentes del virus Ébola: Bundibugyo Ébolavirus (BDBV), Zaire Ébolavirus (EBOV), Reston Ébolavirus (RESTV), Sudán Ébolavirus (SUDV), Taï Forest Ébolavirus (TAFV) y el Bombali Ébolavirus (BOMV), descubierto hace unos meses.

Las especies BDBV, EBOV y SUDV han sido asociadas a grandes brotes de ébola en África y la tasa de mortalidad varía según la especie de virus: es del 40% para Bundibugyo, del 50% para Sudan y del 90% para el Zaire. Sin embargo, las especies Reston y Taï Forest, aunque tienen capacidad de infectar a los humanos, hasta la fecha no han producido fallecimientos. Del más reciente, el Bombali, se desconoce la incidencia en humanos hasta el momento.

La hipótesis más aceptada es que el reservorio natural de los ebolavirus y otros filovirus son murciélagos.

La hipótesis más aceptada es que el reservorio natural de los ebolavirus y otros filovirus son murciélagos frugívoros de la familia Pteropodidae como el murciélago de cabeza de martillo (Hypsignathus monstrosus), el zorro volador de charretera de Franquet (Epomops franqueti) y el murciélago frugívoro de collar (Myonycteris torquata).

El peor brote se dio entre 2014-2016

El brote de mayor envergadura hasta la fecha ocurrió en África occidental entre los años 2014 y 2016 causando más de 11.000 muertes. En los últimos meses, la República Democrática del Congo (RDC) ha luchado contra una epidemia de ébola que ha infectado a más de 3.500 personas y ha causado la muerte del 70% de ellas. Desde finales del mes de abril de 2020, el brote de la República Democrática del Congo (RDC) parece controlado.

El ébola se transmite a través del contacto directo con la sangre y otros fluidos corporales.

La enfermedad causada por el virus ébola es contagiosa y se transmite a través del contacto directo con sangre, fluidos corporales y tejidos de animales salvajes o personas infectadas, así como con superficies y materiales, como ropa de cama y ropa, contaminadas con estos fluidos.

La obtención de esta nueva vacuna es una noticia excelente para combatir la enfermedad y es el resultado de varios proyectos financiados a través de la Iniciativa de Medicamentos Innovadores (IMI) que a su vez está financiada conjuntamente por la Unión Europea y la industria farmacéutica europea (representada por EFPIA, la Federación Europea de Industrias y Asociaciones Farmacéuticas).

Cinco años para desarrollar una vacuna

En noviembre de 2014, el IMI respondió al importante brote de ébola aparecido en África occidental asignando 280 millones de euros a una convocatoria integral de propuestas dirigidas al desarrollo de vacunas y ensayos clínicos. Varios proyectos, que comenzaron en enero de 2015, estuvieron centrados en el desarrollo de la nueva vacuna de Janssen.

También hace pocos meses, el 19 de diciembre de 2019, la Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos de América (FDA) aprobó otra vacuna contra el Ébola. La vacuna rVSV-ZEBOV ha sido desarrollada por la compañía estadounidense Merck (en Europa denominada Merck Sharp & Dohme, MSD). Ya han sido vacunadas más de 250.000 personas y la vacuna ha mostrado ser segura y protectora contra la especie ebolavirus Zaire (EBOV).

Por cierto, uno de los medicamentos que se está probando contra la Covid-19, el remdesivir, se desarrolló originalmente como tratamiento antiviral contra el ébola. La fabricación y aprobación de estas nuevas vacunas ha llevado cinco años, un dato que sirve para hacerse una idea de los tiempos que consume un proceso que se quiere reducir a un año en el caso de la vacuna contra el SARS-CoV-2.

Tanto la vacuna rVSV-ZEBOV desarrollada por Merck como la vacuna Ad26.ZEBOV/MVA-BN-Filo desarrollada por Janssen, han sido donadas por los fabricantes, bajo acuerdos con la OMS y las autoridades locales de la República Democrática del Congo.