¿Pueden volver el mamut, pájaro Dodo o el Neandertal? La ciencia quiere resucitar especies extintas

¿Puedes imaginar hacer un safari entre mamuts, tigres de dientes de sable o el pájaro Dodo que aparecía en películas como Alicia en el País de las Maravillas o Ice Age? La ciencia está recuperando ADN antiguo de diversas especies extintas y buscando la manera de resucitar algunas de ellas. ¿Qué pasaría si devolviéramos a la vida al Neandertal?

Biólogos celulares de todo el mundo llevan tiempo teorizando con la idea de crear una nueva especie que se pareciera mucho al extinto mamut lanudo, algo así como un “mamutfante”, dado que se crearía a través de un elefante asiático, que comparte un puñado de genes con el mamut y podría resistir las temperaturas polares.

Lo que puede sonar como una locura es el centro de la investigación del genetista de la Facultad de Medicina de Harvard, George Church, conocido como el "padre de la biología sintética". Este científico y su equipo llevan años secuenciando el genoma del mamut lanudo que habitaba los bosques más septentrionales de la Tierra.

La gracia no estaría solo en devolver de la muerte a una especie del todo desaparecida, según Church, sino en cómo este gigantesco animal ayudaría a conservar los bosques condenados por el cambio climático de la tundra siberiana, por ejemplo, dado que estamos hablando de un gigantesco herbívoro que protegería los pastizales y compactaría la capa de nieve del suelo, blindando el permafrost que se derrite rápidamente y amenaza con liberar cantidades masivas de gases de efecto invernadero, así como bacterias y virus.

Church no es el único genetista que confía en lo que se conoce como la "de-extinción". También lo hacen Tom Gilbert, de la Universidad de Copenhague, que explora la idea no solo de revivir al mamut sino también a los tigres de Tasmania, o Beth Shapiro, experta en ADN antiguo y bióloga de la Universidad de California, que fantasea en una entrevista con Smithsonian con resucitar los pájaros Dodo que fueron vistos por última vez en el siglo XVII y crear un espacio protegido para ellos en Mauricio, su hábitat natural.

¿Qué especies extintas podría resucitar la ciencia?

Y estas no son las únicas. A continuación vemos algunas especies extintas candidatas a ser resucitadas, dado que tenemos su ADN. Aunque estas especies no serían clavadas a las extintas, genéticamente hablando, sino más bien una adaptación a partir de especies que sí existen todavía en la Tierra. “Si anda como un mamut, pesa lo que un mamut y come lo que un mamut…”.

  • Neandertal

La resurrección de los neandertales es controvertida y tendría poco sentido, según explicó en su día la científica británica Helen Pilcher, dado que tenemos un extenso registro fósil de la especie y conocemos mucho de ella, por lo que no habría un propósito en clonarlo en la actualidad. Además, por su parecido genético con los humanos, la persona réplica de un neandertal sería uno más en la sociedad, sin mucho rasgo distintivo, argumentó esta investigadora. En cuanto a si podría hacerse, la respuesta en sí.

  • Tigre de diente de sable

Los tigres de dientes de sable se extinguieron después de la última glaciación. No está claro por qué, pero su evidente parecido con los tigres y leones de la actualidad harían muy fácil encontrar una madre sustituta para devolverlo de la extinción. Se han encontrado ejemplares bien conservados en La Brea, en Los Ángeles, en unos agujeros de alquitrán.

  • Oso de cara corta

Definitivamente, el gigantesco oso de cara corta no es un animal que querrías encontrarte en tu patio trasero, o en la montaña, o en general. Este animal también llamado oso bulldog se extinguió hace unos 10.000 años y es uno de los mamíferos terrestres más grandes que hayan existido nunca en la Tierra con más de 3 metros de altura colocado sobre sus dos patas traseras. Para colmo, era carnívoro, y algunos estudios sugieren que se alimentaba de caballos y ciervos, e incluso mamuts y bisontes en el caso de los ejemplares que habitaban en Alaska.

  • Tigre de Tasmania

No hace tanto de la extinción del último tigre de Tasmania, que se parecía bastante a un lobo. Este animal era en realidad un marsupial, un pariente de los canguros y los koalas, que acabó por desaparecer en la década de 1930 por su caza excesiva. Los científicos creen que una hembra del diablo de Tasmania podría ejercer de madre de una cría de este tigre extinto.

  • Gliptodonte

El gliptodonte fue un animal interesante que vivió en el Pleistoceno, hace 2,5 millones de años, en las llanuras argentinas. Allí han sido encontrados caparazones bien conservados. Pero, ¿qué era exactamente? Esta especie evolucionada con un curioso parecido a las tortugas y algunos dinosaurios anquilosaurios era un armadillo gigantesco de una tonelada de peso y dos metros de altura. Revivirlo no sería fácil precisamente por su tamaño.

  • Rinoceronte lanudo

El rinoceronte lanudo habitó las frías estepas de Siberia y dejó de existir hace unos 8.000 años. Allí se han encontrado restos congelados bien conservados, algunos incluso con pelo y tejido blando, de donde se ha podido extraer ADN.

  • Pájaro Dodo

Esta ave no voladora de las Islas Mauricio fue descubierta a finales del siglo XVI y apenas cien años después desapareció por la caza y el saqueo de sus nidos. Por su aspecto divertido -tenía un extenso pico y plumas de colores negro, gris y blanco, así como una forma algo rechoncha-, este pájaro ha aparecido en varias películas de dibujos animales y se ha convertido en una especie-ejemplo de cómo el ser humano puede llevar a un animal a la extinción. En 2007 se halló un esqueleto casi intacto que permitió hacer un estudio bastante completo de su código genético.

  • Perezoso gigante

Hace tan solo 8.000 años que dejó de existir el perezoso gigante. Su especie es conocida como Megaterio y habitaba en América hasta el final de la última glaciación, por lo que su ADN se conservó relativamente bien en estiércol fosilizado, con huesos y pelos. Pero hay un problema con la resurrección de este animal que llegaba a medir 6 metros y pesar 3 toneladas: el perezoso que más se le parece en la actualidad es el arborícola, un enano a su lado.

  • Moa

Los dinornítidos o moas eran aves no voladoras que vivían en Nueva Zelanda. Su genoma ha podido ser secuenciado dado que vivió hace tan solo 500 años, por lo que sabemos que era gigantesco -medía unos 3 metros de media- y que se parecía al avestruz, el emú, el casuario o el ñandú que sobreviven en la actualidad. Su desaparición se debió a la caza masiva de los maoríes que desembarcaron en la isla, que probablemente se comían sus huevos también. Tampoco ayudó que se dedicaran a talar árboles kauri. Pero el hallazgo de fósiles de la especie podría devolverla a la vida en un futuro.

  • Alce irlandés

El alce irlandés se parecía mucho a los ciervos, pero en versión gigantesca. Vivió en las tundras y estepas de Eurasia hace unos 7.500 años. Verlo caminar de nuevo sería un espectáculo: sus astas llegaban a medir 3,5 metros de punta a punta, y su cuerpo más de dos metros de altura. Guardan muchos parecidos con los ciervos de la actualidad en su comportamiento, dado que al igual que estos mamíferos, también centran sus energías en la reproducción cuando llega la época del celo, y los machos pelean entre ellos por la hembra. Pero revivirlo sería casi imposible. Su pariente más cercano es diminuto al lado del alce irlandés.