La becaria, crecida por su nuevo logro laboral, que creía al alcance de pocos, no sabía quién era ese tal Hickam y no tuvo mejor idea que responderle de una forma más que ruda: “Chúp… la ver… y las pelo…. Yo trabajo en la NASA”. A lo que Hickman solo pudo responder parando los pies al becario: “Y yo estoy en el Consejo Nacional del Espacio que supervisa a la NASA”. El resultado de la gresca en la red fue rotundo. Naomi acabó perdiendo su trabajo de becaria en la NASA. Pero la cosa no acabó ahí. Desde ese momento Hickman recibió tantos aplausos como críticas despiadadas en twitter. Algunos creían que había hecho lo que tenían que hacer mientras que otros consideraban que su abuso de poder era notable. Ambos acabaron cerrando sus cuentas en las redes sociales.
No obstante Hickman dejó claro en su blog que él no había tenido nada que ver: “Soy un veterano de Vietnam y no me ofende esa palabra. Sin embargo, cuando vi que aparecía junto a la NASA, se me ocurrió que esta joven podía meterse en problemas si la NASA lo veía, así que le respondí que vigilara el lenguaje con la intención de dejarlo ahí”. Pero no fue posible.
"De repente, sus amigos se ofendieron y dijeron algunas cosas desagradables, pero fue después de que yo me hubiera ido, ya que de inmediato borré mis comentarios y bloqueé a todos los interesados. Más tarde, supe que que la joven había perdido su oferta para trabajar en prácticas en la NASA. No tuve nada que ver con esto ni podría haberlo tenido, ya que no contrato ni despido a nadie para la agencia ni tengo voz ni voto en cuestiones de empleo. El despido se debió a que el hashtag de la NASA que usaron sus amigos llamó la atención de la agencia mucho después de que mis comentarios desaparecieran". Y eso fue lo que motivó la reacción de la agencia.
Hickman reconoce que la joven se disculpó y él las aceptó sinceramente, al tiempo que le ofrecó la suya. "Después de hablar con ella y mirar su currículum, estoy seguro de que merece un puesto en la industria aeroespacial y estoy haciendo todo lo posible para asegurar que sea aún mejor que el puesto que perdió. También he hablado con la gente que aprobó sus prácticas y estoy absolutamente convencido de que no habrá una marca negra en su historial. Me han dicho que puede volver a presentar una solicitud.”. Una historia esta que demuestra que las redes sociales se pueden convertir en todo un peligro si no eres capaz de controlar lo que pones en ellas. Más que nada porque tu jefe puede estar mirándolas y pasarte factura. Aunque hayas conseguido un trabajo en la NASA.