Con esta serie de consejos, que recogen webs especializadas, darás un uso racional a tu frigorífico que nunca antes le habías dado.
1. Ajusta la temperatura. La ideal para un frigorífico de uso doméstico es de 5ºC, aunque debes tener en cuenta que no se mantiene por igual en todo el habitáculo. Eso sí, en verano baja la temperatura un par de grados.
2. No abras la puerta continuamente. Piensa lo que necesitas y sácalo a la vez y rápido. No mantengas la puerta abierta, gastas energía y el interior pierde la temperatura ideal.
3. Ni muy vacío, ni muy lleno. En el punto medio le sacarás mejor partido a tu nevera. Si está muy lleno necesitarás más energía para mantener la comida a la temperatura necesaria. Si no hay apenas comida, estarás malgastando electricidad.
4. Cada alimento en su sitio. La forma de colocar los alimentos es la siguiente: los que más frío necesiten, colócalos en la parte superior, en el medio van los precocinados y el estante de abajo, las frutas y verduras. Las bebidas pueden colocarse en las baldas laterales.
5. No guardes latas abiertas. Además de insano, las latas abiertas en el frigorífico sueltan humedad y hacen que el refrigerador gaste más para enfriar.