"La cornada de la desilusión es la más gorda"

BEATRIZ QUINTERO 02/04/2009 12:05

Manuel Díaz quería ser torero desde pequeño, recuerda que tenía un traje de luces y que se lo ponía todos los días, a todas horas, "era gris perla y oro, fue lo más grande de mi vida". Y así, a base de trabajo y esfuerzo ha ido forjando 16 años de carrera, "me gustaría llegar a 20 años en activo, es un número muy bonito, un buen palmarés".

Esta temporada la afronta "con ilusión, como si fuera la primera de mi vida", así se enfrenta a la vida en general, "la ilusión es lo que impera en mi casa". Para el torero a la vida hay que ponerle risas en lugar de llanto, "voy a vivir nada más que una vez, me afectan muchas cosas pero en mi guión escribo lo que me da la gana".

"Nunca bajo la guardia"

Ese mismo espíritu es con el que ha preparado la corrida picassiana del próximo 11 de abril, "con mucha ilusión porque puede servir para romper fronteras y para demostrar que el mundo del toro es arte". Asegura que "siempre estoy preparado, ahora mismo podría matar una corrida, nunca bajo la guardia".

Por eso cree que "la de la desilusión y el desasosiego es la cogida más gorda", incluso peor que la de los toros que "son para olvidarlas porque casi siempre has metido la pata tú", porque "a cabezón te gana el toro".

"Ante todo soy un torero honesto"

El diestro asegura que "ante todo es un torero honesto" y que no se ve de otra manera, "no le encuentro ningún significado a la vida sin ser torero". ¿Por qué torero? "Porque eres libre y vives muy rápido".

Cuando no torea le gusta estar con su familia, la cocina, el trial... "Soy un gran cocinero, por lo menos se lo comen en mi casa, también me gusta el trial y el cine, pero como es, con palomitas, gominolas, cocacola, como debe ser". El diestro reconoce que es muy familiar pero nunca dejaría el toro si su mujer se lo pidiera, "la dejaría a ella como me lo pida", "Virginia sabe cómo es mi vida, no se atrevería a pedírmelo", dice, además asegura que si él le preguntara que debe hacer "nunca me mentiría".

"El día que murio Paquirri me di cuenta de que los toros matan"

Fuera de las plazas sueña con "ver crecer a mis hijos, ser útil y buscar mi propósito en la vida". Dentro del ruedo su cartel de ensueño sería un mano a mano con 'El Cordobés', "ese día reventaría los cimientos de la plaza, iba a haber guerra de verdad, un duelo a muerte".

Manuel Díaz se emociona al contar el brindis más especial de su carrera, el de Paquirri en Pozoblanco, el día que murió. "El quiso darme importancia como diciendo, yo sí creo en lo que tú dices, por eso te brindo este toro, creo en lo que dices y en lo que haces", recuerda. Ese día el diestro pasó "de lo más grande de su vida a lo más triste en unas horas", recuerda, "ese día me di cuenta de que los toros matan".