Bauer rescata al "Che" más íntimo e intelectual, contado en primera persona

"La vida del Ché es un ejemplo que uno puede tomar o no, pero es un hombre de una coherencia extraordinaria que llevó hasta sus últimas consecuencias su máxima de que él actuaba como sentía y como pensaba. Ojalá esa figura sirviera para hacer pensar a los políticos actuales de cualquier país", reflexiona el cineasta argentino.

Bauer nació en 1959, el año de la Revolución cubana. Mientras preparaba un documental sobre Julio Cortázar, descubrió una antigua cinta magnetofónica en la que el escritor leía un poema dedicado al Che.

Ahí comenzaron doce años de investigación sobre una figura de la que se sabía casi todo como mito, explica Bauer en una entrevista con Efe, pero nada de su pensamiento. Y Ernesto Guevara fue un gran intelectual, según el cineasta.

"Lo que más me impresionó fue el hombre que piensa y cómo ese pensamiento lo transforma en palabra escrita, ya desde muy pequeño; el niño lector que se sumerge en la biblioteca de su padre, que recoge en cuadernos que le deja dentro de cada libro que va leyendo", señala Bauer.

Esta costumbre, que Guevara cumple hasta el día de su muerte, es lo que ha permitido, cuarenta años después de su asesinato, "oír" sus reflexiones más profundas.

Ernesto Guevara, dice Bauer, "es un hombre de su tiempo, y en ese sentido, es pasado; creo que esa personalidad se desarrolla así por el momento histórico que le toca vivir, pero para mí no es un pensamiento muerto. En estos tiempos de cambio para Sudamérica -considera- la imagen del Che, sus ideas, vuelven a adquirir muchísima fuerza".

También sugiere que ya no hay socialistas puros, salvo, quizá, Evo Morales, presidente de Bolivia. "Está haciendo un trabajo ímprobo, luchando incluso contra la extrema izquierda", afirma el director argentino.

La película cuenta los intensísimos 39 años de vida del revolucionario en algo más de dos horas, desde la voz del sobrino de Guevara, Rafael, que lee sus diarios en la guerrilla, y lo más interesante y novedoso, habla el mismo Che: "Era la intención contar al Che desde el propio Che".

"Che, un hombre nuevo" almacena en su interior imágenes inéditas y documentos desclasificados, recopilados por toda América Latina, "en archivos públicos y privados, en lugares permitidos y vedados, en recuerdos de quienes le conocieron y de quienes oyeron hablar de él", con la ayuda del Centro de Estudios Che Guevara.

Uno de los hallazgos más emotivos -y difíciles de conseguir, porque la viuda del Che, Aleida March, lo guardaba como un íntimo tesoro- es la grabación que Ernesto le dejó como legado de muerte: le recita sus poemas favoritos, que sobrecogen desde el primer momento de la película.

La suerte quiso que Bauer se topara con un montón de documentos originales incautados al Che en su última detención por soldados bolivianos; unos escritos, dice Bauer, "que aparentemente no existían, y que nos han permitido dar una imagen nueva del Che". La suerte y que Evo Morales le dejara fotografiarlos.

Portador de una mirada crítica permanente y de una belleza fotogénica incomparable, incluso, muerto, Ernesto Guevara fue también un "hereje" de su tiempo. "Se atrevió a cuestionar", explica Bauer.

"Che, un hombre nuevo" ha sido estrenado simultáneamente en Argentina y Cuba, como homenaje a las dos patrias de Guevara, y llega el próximo viernes a España como paso previo al resto de América Latina, tras haber recibido el reconocimiento del Festival de Cine de Montreal, que le entregó el premio al mejor documental.

El director argentino cree imposible hacer un documental "aséptico" y, de momento, sólo piensa en volver a la ficción: "Voy a contar una historia de amor adolescente".

"Nadie tiene la verdad sobre una vida humana -concluye el director-, pero estoy seguro de que hemos avanzado en su conocimiento y hay cosas objetivas muy fuertes que se cuentan por primera vez".