"Comer animales", el libro que deberían evitar los carnívoros convencidos

AGENCIA EFE 10/05/2011 14:40

"Comer animales" (Seix Barral) se publica ahora en España y su autor, considerado uno de los jóvenes prodigios literarios menores de 35 años en Estados Unidos, es consciente de que hay mucha gente que se resistirá a leerlo por miedo a que los argumentos demoledores que contiene les impidan volver a disfrutar de un solomillo.

"Esos son precisamente los lectores que me interesan, porque obviamente les preocupa el tema y tienen unos valores. Si no los tuvieran, leerían el libro y no les afectaría. Que coincidan o no conmigo es lo de menos, lo principal es que estemos de acuerdo en que es un asunto importante", señala Safron en una entrevista con Efe.

El salto de Safron Foer al ensayo espinoso tras el éxito de sus novelas "Todo está iluminado" y "Tan fuerte, tan cerca" sorprendió a muchos. Fue convertirse en padre lo que le hizo plantearse la forma en que quería alimentar a sus hijos y ello le llevó a investigar a fondo el funcionamiento de la industria cárnica.

También influyó el que se haya escrito tanto sobre el tema, pero nunca desde el punto de vista de un escritor, que para Safron es "el más complicado, pero a la vez el que más perspectivas admite".

Aunque no escatima detalles de lo que durante dos años presenció subrepticiamente en mataderos y explotaciones intensivas de ganado, lo que el escritor considera "realmente horrible" es la constatación de que "esto es algo elegido, que la violencia contra los animales no es accidental, sino consciente, como lo es también la destrucción del medio ambiente".

Y es que la industria cárnica es la responsable, según su investigación, de buena parte del efecto invernadero, de desproporcionadas emisiones contaminantes al aire y el agua y, sobre todo, de que los antibióticos empiecen a no hacer efecto sobre los humanos debido al consumo de carne hormonada.

A pesar de la enorme repercusión mediática del libro, de su incombustible presencia en las listas de los más vendidos y de que incluso fue invitado al programa de la todopoderosa "diosa doméstica" Martha Stewart la víspera de Acción de Gracias (habló de las penosas condiciones de cría de pavos), Safron no ha recibido presiones de la industria ganadera.

"Nada, cero. Prefieren no defenderse, aguantar el chaparrón y que se deje de hablar de ellos cuanto antes. Volvemos a lo mismo, si la gente habla mucho de ello, pensará en ello... y podría dejar de comer carne", sostiene.

"Comer animales" arranca con la historia del pollo con zanahorias que cocina la abuela de Safron, una emigrante que paso mucha, mucha hambre en Europa. Después, repasa filosófica y moralmente el asunto con cuestiones como ¿por qué vacas sí y perros no?, habla con unos y con otros, desde activistas a ganaderos tradicionales o ecologistas.

Safron es -ahora- vegetariano aunque odie el encasillamiento que supone este término. Sin embargo, jamás ha intentado imponer nada a nadie -"no es asunto mío"- y asegura que no es imposible encontrar un modo sostenible de seguir consumiendo carne.

La fórmula no es mágica y sí sencilla: "comer menos carne". Pero si la mayoría de los habitantes de la tierra se empeñan en seguir coméndola tres veces al día, el asunto es inviable. Comiéndola una vez al día, "sí es posible".

Mientras prepara su próxima novela, Safron prosigue su vida vegetariana con su mujer e hijos, a los que no ha sido difícil criar sin solomillos o pescado.

"De hecho, no comer carne tiene más sentido aún en el caso de los niños. Si te pones en su lugar, tienen mascotas, tienen animales de peluche y los héroes de sus cuentos también son animales...", agrega el autor.

Por Lorena Cantó.