Cristina Hoyos dice "me iré despacito y al compás, como he llegado"

EFE 06/02/2009 11:46

"No me gusta anunciar una retirada", señaló la andaluza, vinculada a la capital parisina desde 1969, "pero lo que no me apetece es hacer giras, estar dos o tres meses fuera de casa y bailar todos los días".

La sevillana representa desde el pasado viernes el "Romancero Gitano" de Federico García Lorca con el Ballet Flamenco de Andalucía, que ella dirige, en el mítico teatro parisino Follies Bergère.

Ante la insistencia de la prensa local de que esta representación supone la despedida de Hoyos, la bailaora explica que lo único que quiere abandonar es la "primera línea", pero que no va a dejar de interpretar papeles como "la vieja pagana de 'Yerma' o la Celestina", que opina adecuados para ella.

Con el aura que le confiere ser toda una autoridad del flamenco, pero con la humildad de quien quiere aprender algo nuevo cada día, la bailaora reconoció que se inspira en la gente joven con la que trabaja para hacer las coreografías.

"Ellos tienen una frescura y una espontaneidad que me ayuda", valora la sevillana, "porque a mí no me gusta quedarme atrás, me gusta ir con el tiempo" y recordó que en sus inicios la crítica calificaba de "modernos e innovadores" muchos de sus movimientos en el baile.

Seis décadas sobre los escenarios, desde que a los 12 años bailara en un espectáculo infantil, no impiden que Cristina Hoyos pretenda seguir ofreciendo un espectáculo dotado de "conceptos nuevos", pero sin perder "la esencia y las raíces flamencas".

La historia de amor entre la sevillana y la capital francesa se remonta a 1969, cuando el consagrado Antonio Gades llegó al parisino teatro Odeón acompañado de una jovencísima bailarina y con una crítica que inmediatamente se rindió a los pies de la sevillana.

"Esta medalla sirve para que esté todavía más vinculada a París", señala la artista, que recibirá el 13 de febrero la Medalla de la Ciudad de París, galardón que se une a la Orden de las Artes y las Letras que el Gobierno francés le concedió en 1997.

"He desarrollado mucho mi obra en esta ciudad tan teatral, tan artística y tan vinculada al flamenco", comenta la artista, al recordar que el primer libro de flamenco que cayó en sus manos en su Sevilla natal era francés.

"Todo el mundo del flamenco ha triunfado aquí, incluso los cantaores que no salían de Andalucía venían a cantar a París y es porque es una ciudad muy mágica para este arte", señala.

Esta relación con la ciudad se estrechó cuando Cristina Hoyos se convirtió en 1990 en la primera artista española que actuó en el Teatro de la Ópera Garnier de París, donde el público abonado para asistir a los ballets de danza clásica rompió en aplausos al finalizar la representación.

Con la profunda mirada de un joven Lorca pensativo reflejada en el escenario, la bailaora reconoce que el poeta granadino es "mágico" y dice sentirlo "muy cerca" por la precisión con la que el escritor supo perfilar la feminidad y la condición de "prisioneras" que sufrían las mujeres.

"Le gustaba mucho el flamenco, organizó el primer concurso de flamenco en Granada, compuso muchas canciones y estuvo siempre muy vinculado a los flamencos y a los gitanos de su ciudad", recuerda la bailaora.

Tras los montajes de "Yerma" y "Romancero Gitano", la colaboración entre Lorca y Cristina Hoyos continúa, ya que la artista prepara con su ballet el montaje de "Poema del Cante Jondo" en el Café de Chinitas para este año.

Con el "Verde que te quiero verde" del "Romance Sonámbulo" como hilo conductor, Hoyos ofrece una intensa visión de los poemas de García Lorca en la que tanto bailarines como músicos cuentan a los espectadores las historias que el poeta granadino escribió hace más de 80 años.