Poncela, que rueda en Argentina a las órdenes de Gastón Duprat y Mariano Cohen ("El artista", 2008), presentó en el Festival de Mar del Plata la cinta "Arrebato" (1980) en la retrospectiva dedicada a la obra del director vasco Iván Zulueta.
"El estreno fue desastroso, incluso nos tiraron piedras y nos dijeron que nos fuéramos", aunque, con el tiempo, la cinta "se convirtió en un clásico", recuerda el actor.
Poncela no escatima elogios para Iván Zulueta (1943-2009), calificado como "el último maldito" por los organizadores del festival y como un director a quien "el cine le corrió por las venas, tanto que no pudo soportarlo".
Para el protagonista de "La ley del deseo", de Pedro Almodóvar, Zulueta "ha sido un visionario que se ha adelantado a su tiempo. Era un provocador. En el año 1979, en España, ni siquiera había empezado la movida madrileña", apunta.
"La visión de Iván era tan auténtica que es indestructible, el tiempo juega a su favor. Es una película que perdurará, todos pereceremos y Arrebato quedará", insiste Poncela, que huye de las etiquetas y de los calificativos como "de culto" o "maldito".
El actor español disfruta en estas semanas del rodaje de "Querida, voy a comprar cigarrillos y vuelvo", y lamenta la situación que vive el cine español.
"Procuro huir del panorama del cine español porque es un asco. Europa es un asco, está petrificada desde hace tres o cuatro años, con lo de la crisis la gente se ha parado sobre la pasta (dinero)" y aumentan las producciones televisivas, denuncia.
"Estoy acostumbrado a hacer teatro y cine", asegura Poncela, quien afirma que disfruta en cada actuación y no hace distinciones entre los escenarios y la pantalla grande.