Manolo Blahnik: "Mi carrera empezó por un error"

INFORMATIVOS TELECINCO 12/09/2010 13:25

Coincidiendo con la publicación de un libro sobre sus diseños y con la apertura de la tienda "World of Manolo" en Londres, donde se venden otras de sus locuras geniales: corbatas, paraguas, agendas..., Blahnik revela en el "Daily Mail" cómo empezó todo, "por un error".

Blahnik trabajó en sus inicios con Ossie Clark. Uno de sus primeros trabajos fue un pase en un teatro de Londres para el que el entonces aprendiz Blahnik diseñó unos zapatos muy coloridos (azul eléctrico con rojo y blanco) pero tenían un "pero". "No tenía mucha experiencia y no puse refuerzos metálicos en los talones -declara Blahnik. Aquellas preciosas chicas, Twiggy y Amanda Lear, se iban bamboleando en la pasarela. Pensé: "Este es el fin".

Se equivocaba. Les encantó y fue así como explotó su carrera y como creó la nueva forma de desfilar. Pero ese error brillante llegó después de un sabio consejo, el que le dió la editora de Vogue en EEUU (ante la que se presentó con una colección de moda y apadrinado por Paloma Picasso), quien le dijo "Zapatos, haz zapatos". Después de un consejo y de muchos años buscando su vocación: sus padres lo enviaron desde las islas canarias de donde su madre era natural a Ginebra para que se formase como diplomático. Pero eso no era lo suyo. Después de coquetear con la medicina, la literatura, el cine,... acabó encontrando en el diseño su verdadero espacio profesional y en Londres su otro espacio, el vital.

Aunque las cosas no llegan porque sí. Durante la guerra su madre no podía conseguir los zapatos de diseño que le gustaban y se le ocurrió la solución: "Conseiguió los materiales e hizo ella misma sus propios zapatos de una estupenda lana y piel". Él mismo de niño ya tenía interés por los pies: "Tenía un precioso fox terrier y solía liarle cintas alrededor de sus patas". Su infancia en Canarias, donde nació, la recuerda como si estuviese en "un Eden".

Tras sacar al mercado 25.000 modelos distintos, se lamenta porque unas vendas en su tobillo no le permiten ahora probar personalmente sus creaciones. Una de las claves de su éxito es no delegar: su prototipo lo diseña y lo fabrica siempre personalmente. Además de cada uno de ellos conserva un ejemplar en su casa. Quizá por eso sus famosas clientas, a pesar de pagar astronómicas cifras por sus zapatos, se sienten agradecidas de poder endosar una de sus creaciones. "Me siento honrada de poderle decir a mis nietos: "Conocí a Manolo Blahnik y tuvé algunos de sus zapatos", dice Sarah Jessica Parker. Entre sus clientas, nombres tan conocidos como Jackie Onassis, Madonna o la princesa Diana. LA