Mateo Díez asegura que la muerte es "casi imposible de entender, pero también la vida"

AGENCIA EFE 15/09/2010 15:16

"La muerte es casi imposible de entender, pero también lo es la vida", afirmó hoy Mateo Díez en una entrevista con Efe, en la que reveló algunas de las claves de esta obra escrita "en tono elegíaco", que acaba de publicar Alfaguara.

La muerte es algo habitual en las novelas y relatos de Luis Mateo Díez (Villablino, León, 1942), pero nunca se había embarcado este gran narrador en un proyecto como el de "Azul serenidad", escrito a partir de dos fallecimientos "repentinos" que hubo en su familia, que lo "conmocionaron especialmente" y le hicieron "reflexionar sobre la condición de los afectos y sobre su pérdida".

La primera de esas muertes, el 12 de diciembre de 2007, fue la de su sobrina Sonia, una chica "bellísima, maravillosa, de sensibilidad extrema", que a los 38 años puso fin a su vida.

En mayo de 2008 fallecía Charo, cuñada de Luis Mateo, un mes después de que le hubieran diagnosticado un cáncer. Era una mujer "de apacible jovialidad" y "extremadamente afectuosa" y aquella "muerte avasalladora" dejó desarmada a la familia.

Escrito "para el consuelo" y no "para ahondar en el dolor", el libro es también "un recordatorio" del fallecimiento de otros seres queridos de Luis Mateo: de sus abuelos, de sus padres y hasta de "un muerto de leyenda" que hubo en la familia.

Galardonado con premios tan importantes como el Nacional de Narrativa y el de la Crítica, Mateo Díez aseguró que no ha escrito "Azul serenidad" para "amargarle la vida a nadie", ni porque se haya puesto "funerario".

"Hay una tradición literaria que avala este libro", al que pertenecen obras como "Una muerte en la familia", de James Agee; el relato de "Los Muertos" de James Joyce, y "Spoon River", de Edgar Lee Masters.

"Me sentí amparado por esos arquetipos", decía hoy este escritor y académico de la Lengua, que tuvo sus dudas sobre si debía escribir el libro o no. Lo animaron a hacerlo algunos amigos y familiares, porque lo que se cuenta en estas páginas "compromete a mucha gente".

El punto central de la obra es la muerte de Sonia, una mujer con alma de artista, fotógrafa de profesión, que intentó darle "un sentido a la vida" con sus fotografías; y una joven muy bella, como acredita el retrato que aparece en las páginas iniciales de "Azul serenidad".

"Lo que nos ha quedado de Sonia es lo que ella vio, unas fotos muy interesantes (todas las que ilustran el libro, incluida la de la portada, son de ella) pero tampoco eso llenó su vida. Había unos fantasmas detrás que podían con ella", señaló el autor de "La ruina del cielo" o de "La fuente de la edad".

El escritor tenía una relación muy especial con su sobrina. La quería "mucho" y la comprendía "hasta donde se la podía comprender, porque todo era huida en ella; una mujer en fuga".

El título del libro está tomado de un poema del escritor austríaco Georg Trakl que le gustaba a Sonia y que se titula precisamente "Sonia": "Vuelve al anochecer al viejo jardín; la vida/ de Sonia, azul serenidad. Migración de aves silvestres en otoño; árbol desnudo y serenidad", dicen los primeros versos.

Sonia dejó también numerosos escritos pero esos textos pertenecen a la intimidad familia, salvo la poética carta que le escribió a su padre y que se incluye en el libro.

"Tenía una extraordinaria sensibilidad y una lucidez casi excesiva. Cualquier cosa que hacía era un fulgor, un deslumbre", evoca Mateo Díez.