El Premio Nacional de Música 2010, dotado en cada una de las modalidades con 30.000 euros, ha sido fallado por un jurado presidido por Félix Palomero, director del Instituto Nacional de las Artes Escénicas y la Música (INAEM), organismo a través del cual se otorgan estos galardones.
En el caso de Mendoza (Sevilla, 1973) se da la circunstancia de que es hija de otro Premio Nacional, en este caso de Restauración, que le concedieron a su padre, el arquitecto Rafael Mendoza Castell, por su trabajo en la iglesia de El Salvador, de Sevilla.
"Ya le he dicho a mi familia que lo que más ilusión me hace del premio es que no creo que haya otro caso igual, debe ser estadísticamente imposible que un padre y un hija hagan un 'doblete' así", bromea con Efe desde su casa en Berlín, pocos minutos después de saber que la habían galardonado, porque "llevaba todo el día fuera".
"Todavía no he reaccionado. Es un gran reconocimiento y creo que me lo han dado por mi ópera 'Niebla' (2009), un proyecto muy experimental en el que tuve que arriesgar mucho. Que el premio haya venido a través de ella muestra que, a veces, hay que perseguir los objetivos que uno se propone independientemente del riesgo", relata.
Asegura que aunque ella ha hecho una carrera "en el mismo mundo" que sus compañeros "masculinos", "como una más", sí tiene "cierto significado" que haya sido ella la primera compositora que logra el premio, porque, dice, es "un honor" ser distinguida en un campo en el que no hay aún muchas mujeres.
Mendoza prepara en la actualidad una composición para el Auditorio Nacional, con la Orquesta de la Comunidad de Madrid, y una ópera para el Teatro Real, para la temporada 2013-2014, que hará junto al mismo director de escena que "Niebla", Matthias Rebstock, basada en cuatro relatos de Juan Carlos Onetti.
El jurado ha premiado, por unanimidad, a Mendoza por su contribución a la creación musical, promoción e internacionalización de la música contemporánea española, por el reconocimiento que su obra tiene fuera del país y, en especial, por sus estrenos de "Fragmentos de teatro imaginario" y "Niebla".
La compositora, que vive y trabaja en Berlín, donde da clases en la Universität der Künste Berlin, estudió Filología Alemana en Sevilla y Piano y Composición en el Conservatorio Superior de Música de Zaragoza, entre otras instituciones.
Su catálogo comprende en su mayor parte música de cámara instrumental y ha publicado un CD monográfico de música de cámara y en 2011 editará otro de música vocal e instrumental.
El vallisoletano Diego Fernández Magdaleno (Medina de Ríoseco, 1971) ha declarado a Efe que este es "un premio que respalda a la música española contemporánea" y "un estímulo para cualquiera", un reconocimiento que esperaba compartir con alegría con sus alumnos del Conservatorio de Valladolid, con los que tenía esta tarde clase.
"Lo que me interesa, sobre todo, es la creación contemporánea, porque es la que las personas hacen hoy, y, en el caso de un intérprete como yo, poder trabajar al lado de los compositores es un lujo porque podemos preguntarles", detalla el pianista, convencido de que lo que valora el premio es, en definitiva, "la dedicación a la música".
El pianista fue elegido, por mayoría, por el jurado por su "excelencia" como pianista, su labor de promoción de la música española, en especial la contemporánea, en su amplitud y diversidad estética, y su impulso a la creación, como hizo en el concierto en el Auditorio Nacional que protagonizó en 2009, cuando estrenó obras de 22 compositores.
Fernández Magdaleno, escritor de varias monografías musicales, estudió piano en el Conservatorio Profesional de Valladolid, que ha dirigido.
Ha protagonizado más de 200 estrenos absolutos de obras para piano de cerca de 60 compositores, tiene el Premio de Música de la Fundación Serrada (2009), y es director del Congreso sobre Creación Musical Contemporánea de Valladolid.
El jurado, que ha tenido como vicepresidente al subdirector general de Música y Danza del INAEM, Antonio Garde, ha estado integrado por Teresa Catalán, Emilio Moreno, Remedios Navarro, Lothar Siemens y Rosa Torres Pardo.