Mourad rescata del olvido a Hazrat Mahal, alma de la rebelión de los cipayos

AGENCIA EFE 10/11/2010 13:16

"En la ciudad de oro y plata" (Espasa) es una novela histórica protagonizada por una mujer "de la que los ingleses decían que era 'el alma' de la rebelión de los cipayos" y que anticipó en un siglo el camino hacía la independencia de la India, pero de la que apenas existen referencias escritas, señaló hoy a Efe Kenizé Mourad.

La autora de "De parte de la princesa muerta", un libro "de culto" traducido a 34 lenguas y que Espasa reedita ahora, conoció su "fantástica" historia a través de un tataranieto de Hazrat Mahal, así como por la tradición oral, ya que "todas las familias antiguas de Awadh tienen antepasados que combatieron junto a ella".

La novela está ambientada en Lucknow, conocida como "la ciudad de oro y plata" por sus joyas arquitectónicas, la capital de Awadh, un pequeño reino del norte de India que destacaba por la convivencia armónica de diversas etnias y religiones, así como por sus riquezas.

Esas riquezas actuaron como un imán para la voracidad de la todopoderosa Compañía de las Indias Orientales, fundada en Inglaterra a principios del siglo XVII, que en 1856 se anexiona el territorio e impone un acuerdo de protectorado al soberano, el cual cede, consciente de que de lo contrario usara la violencia.

Pero el protectorado británico no es asumido con la misma resignación por todos los habitantes de Lucknow, situada a mitad de camino entre Delhi y Benarés, y así, cuando el rey es enviado al exilio por los británicos su cuarta esposa, Hazrat Mahal, se pone al frente de la insurrección como regente del reino.

Toda la historia que Mourad relata en su último libro se sustenta "en hechos reales", salvo, aclara la autora, lo referente a la historia de amor que supuestamente surgió entre la protagonista y su fiel lugarteniente Jai Lal. "Es una intuición", afirma.

"Me he puesto 'en comunicación' con ella y me parece que, puesto que su marido era muy blando, y que cuando ella era regente veía cada día a su jefe militar, que era muy guapo, he imaginado que fue así, y creo que es verdad", asegura.

Esta faceta "un poco de 'medium'", Kenizé Mourad la aplicó a fondo con su madre, la princesa Selma de Turquía, cuya trágica vida cuenta en "De parte de la princesa muerta", su primer libro. "Con ella -afirma- a veces tenía la impresión de que me dictaba las cosas".

La "conexión" con Hazrat Mahal no ha sido tan fuerte, aunque ha tratado de ponerse "en su alma", de "vivir y sufrir con ella" y de "entender desde dentro los problemas y la psicología" de una mujer íntegra y humilde que supo conquistar el corazón del rey con su belleza e inteligencia.

Con un estilo literario que ella misma califica de "claro y bueno", Mourad trata de transmitir con esta novela "ideas" que piensa "que son importantes" y que "pasan mejor por el corazón". "Hay que dirigirse al corazón y a la inteligencia", dice.

La historia de Hazrat Mahal no sólo nos transporta a "un mundo que hace soñar, un mundo magnífico" sino que transmite "mensajes importantes" para Mourad (París, 1940).

Esas ideas, enumera, son "la tolerancia" entre culturas y religiones, la idea "equivocada" de que "las mujeres musulmanas están sometidas", al contrario, "son muy fuertes", dice, y el enfrentamiento entre el islam "moderado y tolerante" y el extremista, dominado por una "minoría de locos y bandidos".

Otra preocupación de Mourad, hija además de un rajá hindú, es la tendencia de Occidente a querer imponer sus ideas y su moral.

"Los británicos descubrieron en 1857 algo que Estados Unidos todavía está aprendiendo: nada radicaliza más a un pueblo ni desestabiliza tanto al islam moderado como una intrusión agresiva", apunta Mourad parafraseando al escritor británico William Dalrymple.

Educada en un orfanato regentado por monjas católicas, de las que guarda "muy buenos recuerdos", ella, cuya vida parece sacada de una novela, se define como "musulmana de identidad, no de religión", pero cree que "todas las religiones confluyen hacia el mismo punto".

La "sanación", Mourad, que ejerció el periodismo en "Le Nouvel Observateur", la encontró escribiendo dos libros autobiográficos: "De parte de la princesa muerta" y "El jardín de Badalpour".

El primero cambió "completamente" su vida. Dejó el periodismo para escribir sobre su madre. "Le he dado la eternidad y ella me ha dado la protección que no pudo darme de niña", concluye.

Catalina Guerrero