Ricardo Menéndez Salmóm afronta los atentados del 11-M en "El corrector"

EFE 16/02/2009 15:10

Publicada por Seix Barral en vísperas del quinto aniversario de la matanza terrorista, "El corrector" supone un intento por vencer "el recelo" de acercarse a los atentados que los creadores españoles han sentido hasta la fecha, ha señalado hoy su autor en una entrevista con Efe.

"Yo también sentí cierta prevención al escribir de este asunto, porque siguen abiertas las heridas de un suceso capital en la historia reciente de este país", afirma Menéndez Salmón (Gijón, 1971) sobre el proceso de creación de su séptima novela.

La mañana del jueves, 11 de marzo de 2004, Vladimir corregía las galeradas de "Los demonios", de Fedor Dostoievski, en una ciudad del norte, cuando recibió una llamada telefónica desde Madrid en la que le informaron de que varios trenes habían "saltado por los aires" en la capital.

"Los correctores intentan purgar de erratas un texto, y desde el poder se escribió en el texto de los atentados una errata que la sociedad en los días sucesivos tuvo la oportunidad de corregir. La errata de las muertes provocadas por los atentados es indeleble", afirma el autor asturiano al explicar la metáfora sobre la que construyó su novela.

Menéndez Salmón rechaza que su novela sea un "ajuste de cuentas" a los políticos -considera que la expresión "tiene algo de mafioso"-, pero afirma que con "El corrector" ha pretendido hacer una "llamada al orden" a la clase política.

Y también reivindicar "el derecho y la obligación" de los creadores de defender un discurso que se oponga al que se articula desde el poder.

Por las páginas de "El corrector" pasan, con nombres y apellidos, Arnaldo Otegi, Juan José Ibarretxe, Ángel Acebes y José María Aznar, "un cadáver despidiéndose del mundo de los vivos, lo define Vladimir.

A través de las palabras y de los actos de los políticos, Menéndez Salmón reconstruye la crónica de aquella jornada terrible, que se entrecruza con una historia de amor, la de Vladimir y su mujer, Zoe.

El autor quería que su libro tuviera "el contrapeso del amor", que "no caminara sólo por el raíl del horror" de los mayores atentados de la historia de España y los manejos políticos que provocaron.

"Nunca nos habíamos encontrado con un suceso de tal magnitud reinterpretado políticamente de un modo tan perverso", asegura el escritor, para quien, pese a sus consecuencias, el 11-M no sirvió para desterrar definitivamente la mentira de las prácticas políticas, porque "la clase política es muy perversa, independientemente de quien ejerza el poder".

El lector encontrará en "El corrector" una novela breve (141 páginas) y "muy emotiva" sobre "cómo un suceso fundamental golpea y conmueve a un individuo muy normal que intenta aproximarse a estos sucesos con el corazón en un mano y la inteligencia en la otra", expresa su autor.

Menéndez Salmón, que también ha trabajado como corrector, reconoce que son muchas las similitudes con su protagonista, con quien asegura no compartir, en cambio, su desconfianza extrema.

Esa desconfianza que en un momento de la novela le lleva a Vladimir a dar al lector un consejo de corrector: "No se fíen de nadie. Sospechen siempre. Incluso de su nombre escrito sobre un papel".