Espinosa, que por la mañana tenía largas colas, ha propuesto instaurar un segundo Sant Jordi el 23 de octubre, seis meses después de abril, y así combatir "la tristeza del invierno".
Cree que sería una forma de que haya más días como este, que considera "precioso" porque la gente da amor, regalos y abrazos.