Las piezas pertenecían a una colección compuesta de unas 15.000 obras, a las que el régimen hitleriano llamaba 'arte degenerado'.
Las esculturas fueron prohibidas y guardadas en un lugar, donde no fueran vistas, porque los nazis consideraban que contenían elementos de desviaciones sexuales y temas antinacionalistas.
Las obras de arte, de terracota y bronce fueron encontradas entre los restos de un edificio que fue destruido por las llamas en 1944.
El Alcalde de Berlín, Klaus Wowereit, aseguró que el hallazgo es "un pequeño milagro" que muestra "los tiempos oscuros que vivió la ciudad".
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