Blanca, madrileña de gran personalidad y carácter independiente, fue quien acogió en su casa a Pedro Almodóvar cuando este decidió trasladarse a la capital y dio impulso a su carrera, en un momento en que Blanca tenía más fe en el talento y las posibilidades de éxito de Pedro que el propio realizador. De esa estrecha relación surgieron los disparatados cortos de Almodóvar. Por su casa pasaban habitualmente muchos creadores emergentes que formaron parte de la conocida como "movida madrileña", y para entonces su vida había quedado vinculada al mundo de las galerías y del arte emergente.
Su presencia en la vida de Fernando Vijande hace bueno el dicho de que detrás de un hombre exitoso hay una gran mujer, ya que Blanca ocupó ese lugar en los años de mayor éxito del galerista. Además, muchos la consideran también responsable del "estilo Almodóvar", aunque ella siempre desmintió ambas cosas.
Más alla de su labor como galerista e impulsora de artistas vinculados a la nueva figuración madrileña, Blanca también hizo colaboraciones y participaciones en películas destacando las llevadas a cabo con Pedro Almodóvar en "Historia de un amor que termina en boda" (1974), "Pepi, Luci, Bom y otras chicas del montón" (1980) o "¿Qué he hecho yo para merecer esto!" (1981) entre otras.