Joël Dicker continúa la "saga familiar" de Goldman en 'El libro de Baltimore': "La amistad es más fuerte que la familia"

EUROPA PRESS 24/05/2016 14:16

El autor (1985) ha explicado que si tuviera que elegir un sólo tema para definir su último trabajo literario, sería la envidia, por ser un tema que "vincula los sentimientos de la familia, la amistad, el dinero, las relaciones, el éxito, la ambición". "Todo eso lleva a un sentimiento, que es la envidia, un sentimiento que sienten algunos personajes cuando miran a otros personajes", ha añadido.

De hecho, en 'El libro de los Baltimore', el lector conocerá las dos ramas de la familia Goldman: los Goldman de Baltimore (que habitan una lujosa mansión en un barrio de la alta sociedad de Baltimore) y los Goldman de Montclair, de los que forma parte Marcus Goldman (una familia de clase media que vive en una pequeña casa en el estado de Nueva Jersey), justo en una época anterior a que ocurriera el Drama. Pero ocho años después de este suceso, Marcus Goldman pone el pasado bajo la lupa en busca de la verdad sobre el ocaso de la familia.

"Un amigo es alguien a quien conocemos bien y, que de todas formas, amamos", es la expresión francesa que utiliza Dicker para describir ese sentimiento. En esta línea, Dicker considera que lo que subyace en esta novela "es la idea de que la amistad puede ser más fuerte que la familia, porque la amistad es un vínculo que uno construye y uno alimenta, es un vínculo que no tiene raíces en nada", mientras que da a entender que la familia es algo que uno no puede evitar.

Así, el autor determina que otro de los temas de los que habla en 'El libro de Baltimore' guarda relación con "la creación de esos vínculos y de ser honesto con ellos", es decir, de la amistad como algo "muy bello", al tratarse de "una construcción, de una creación pura".

En esta novela --que llega a las librerías españolas este mes de mayo-- Marcus Goldman repite como protagonista. "En 'Harry Quebert', pasamos mucho tiempo con Marcus, pero sin conocerlo realmente, es como cuando uno tiene un compañero de oficina durante 10 años, y de repente, pasamos una tarde con él, un almuerzo, y descubrimos a esa persona", ha descrito Dicker sobre la diferencia entre este personaje en una y otra novela.

Según ha mencionado, en esta novela --que es su tercera publicada tras 'La verdad sobre el caso Harry Quebert' y 'Los últimos días de nuestros padres'--, ha perfilado unos personajes con claroscuros, matices que, a su juicio, están presentes en todas las personas porque "forma parte de la existencia". "Todos tenemos defectos, cosas que nos conmueven, todos tenemos secretos, y por eso somos personas interesantes", ha indicado el autor. En el caso de Marcus, Dicker apunta que su claroscuro se encuentra en que se trata de un personaje que "lucha mucho con sus propias ambiciones, y eso a veces le impulsa a hacerse imágenes falsas de los demás".

"LOS LIBROS SON UNA BUENA ESCUELA PARA ESCRIBIR"

Preguntado sobre si la mezcla de distintos tiempos narrativos y la inclusión de la metaliteratura constituyen su "sello personal", el escritor se muestra escéptico, y atribuye este mecanismo de narración a su "propio deseo de contar una historia completa y compleja" y que responde a su deseo también como lector.

En este sentido, el suizo revela cuál es el destinatario de sus libros: "Escribo para un sólo lector, que soy yo, porque soy al mismo tiempo el escritor y el lector y es una dinámica que me gusta". "Si escribiera para los lectores, escribiría una historia sadomasoquista y no muy larga, porque hay gente que me dice: 'tu libro es muy gordo, no puedo leerlo", expresa el autor, que no se considera a sí mismo un "lector típico".

Joël Dicker ha reflexionado sobre este tema, y se ha preguntado por qué triunfan libros como los de '50 Sombras de Grey'. "Me he reído de '50 Sombras de Grey, pero al mismo tiempo sí que merece la pena pararnos un momento y decirnos: hay lectores a los que les ha gustado ese libro, ¿por qué?". El suizo deja entrever que nunca tendría inspiración leyendo esta clase de literatura porque, a su parecer, "los libros son una buena escuela para escribir", y si leyera un libro que no le gustara, tendría claro que no querría "escribir una cosa así".

REACCIÓN SIMILAR A LA DE VER UNA SERIE DE TV

Volviendo al tema del lector al que va dirigido 'El libro de Baltimore', así como su literatura en general, Dicker dice estar encantado cuando una familia se le aproxima para decirle que tiene como tema de conversación uno de sus libros. Según él, sus lectores comprenden una edad de entre los 13 y 14 años hasta a señoras que rondan los 100. Aunque el escritor confirma que no piensa en los lectores, sino en que quien lo lea tenga "una reacción", a la que compara con aquella que se tiene cuando se ve una serie de televisión.

"La gente se olvida de si son catedráticos de universidad o obreros de fábrica, se trata de gente que ha vivido esa experiencia y comparte esa experiencia, y esto se consigue con las series de televisión, y con el fútbol también", reflexiona el autor, que en el fondo no comparte que esto ocurra hoy en día con la literatura.

"Enseguida se rigen muros, empieza a haber diferencias de clase y esto me pone muy nervioso, porque la literatura no es eso, la literatura nunca ha sido una barrera, se ha convertido en una barrera por razones que ignoro, pero en verdad, tendría que ser algo que la gente comparta --continúa--. Hay muchas cosas en el mundo que nos separan los unos de los otros y creo que tendríamos que crear cosas que permitiera unirnos, que nos unificara".

PARALELISMO CON MARCUS GOLDMAN

A pesar de que Joël Dicker y Marcus Goldman compartan profesión, es el propio autor quien aclara que las similitudes con el personaje que ha creado se deben a que, al considerarse al mismo tiempo escritor y lector, tiene la sensación "de estar en la cabeza del escritor", con lo que es inevitable "hacer ese paralelismo" entre él y Goldman.

Según Dicker, entre Marcus y él "no hay similitudes, a parte de la proximidad en el tiempo, una cercanía temporal", es decir, que ambos son jóvenes de 30 años y que viven en el presente, con lo que le "facilita mucho el trabajo".

Pero el autor insiste en que, a pesar de que gracias a 'La verdad sobre el caso Harry Quebert', tanto él como su personaje han gozado del éxito, no está convencido de que existan estos paralalelismos entre ambos. "El único verdadero es el de la edad, y esto hoy es muy potente, pero dentro de 50 años o 35, si alguien lee este libro, o el de 'Harry Quebert', por ejemplo, va a identificarme más como Harry y no tanto como Marcus, por tanto los personajes de la novela son atemporales, o incluso inmortales, y que el autor no tiene", ha concluido.

Con más de dos millones de ejemplares vendidos, 'La verdad sobre el caso Harry Quebert' fue considerado el mejor libro del año para los lectores de El País, fue número 1 en ventas en Francia, cuenta con unos derechos de traducción vendidos a 33 idiomas, obtuvo el Premio Goncourt des Lycéens, el Gran Premio de Novela de la Academia Francesa y el Premio Lire a la mejor novela en lengua francesa.