Luis Mateo Diez publica 'El hijo de las cosas': "Ya va siendo hora de que la mujer tenga su sitio"
EUROPA PRESS
06/02/201814:38 h."La elección de dos mujeres en la novela como la parte del sacrificio en la familia frente a las 'libertades' de su hermano no es casual, es un suceso habitual y está en la vida. Hoy día todos debemos tener conciencia, está en la vida, y ya va siendo hora de que la mujer tenga su sitio", ha señalado en una entrevista con Europa Press el escritor.
El académico ha continuado celebrando que "ahora se esté tomando conciencia de cosas urgentes y tremendas" respecto a la mujer en la sociedad, en alusión a los movimientos feministas surgidos recientemente. "Es algo que en las sociedades avanzadas no se ha terminado de resolver y no es una cuestión de talento, sino de oportunidad para poder demostrar el talento", ha criticado.
En 'El hijo de las cosas', Díez vuelve a su mundo habitual con una de sus 'ciudades de sombra', Oceda, y sus personajes rozando lo fantástico con nombres imposibles (Fruela Corada, Lamo Beraza) para trazar una fábula sobre la familia y la herencia de lo recibido. Con toques de humor, construye una intriga centrada en encontrar al hermano disoluto, desaparecido hace días.
"Él es un tarambana, un disoluto, un chico que siempre está malito y necesita todos los cariños y aprecios y tiene unas necesidades extremadamente absurdas", ha explicado el Premio Nacional de Narrativa. No obstante, forma parte de esa serie de personajes que construye "frágiles, con muchos secretos y una existencia casi heroica".
En esta novela de muchos diálogos, Díez introduce reflexiones que van desde la vida de los artistas hasta preguntarse qué es la postmodernidad. "Y es que además no hemos sabido nunca bien qué era la postmodernidad: ahora parece algo que nos querían meter de matute y engañoso, que no valía para nada", ha comentado con humor.
ESCRITOR PROLÍFICO
En el último año, Díez ha publicado un libro de cuentos, otro un híbrido --con más de 80 relatos que "cada uno podría servir de inicio de una novela"-- y ahora esta obra, que culmina un periodo en el que ha terminado de "aceptar la condición de escritor prolífico". "Tengo un mundo en el que hay mucho que contar", ha reconocido.
"Tengo un reto literario: no tengo ambiciones en la vida, lo cual da mucha tranquilidad, pero en la literatura soy muy ambicioso. Escribo hasta el límite de lo que puedo hacer, para la eternidad, aunque suene ridículo. Mi mundo es muy grande, siempre he sido prolífico pero a veces era vago y ahora ya no", ha concluido.